Especialistas concluyen que a mayor restricción de libertad religiosa, mayor pobreza

ACN .- (Peter Sefton-Williams) Una serie de investigaciones muestra cada vez más la estrecha relación que existe entre la libertad religiosa y la prosperidad económica. Según estos estudios, a mayor restricción y control de la actividad religiosa por parte del Gobierno, es probable que se sufra mayor pobreza y menor desarrollo del país.

La figura clave que ha elaborado el gráfico de este vínculo es Brian Grim, presidente de la Fundación para la Libertad Religiosa y los Negocios. En un estudio de 2014 titulado Is Religious Freedom Good for Business? (¿Es la libertad religiosa buena para los negocios?, de Greg Clark en colaboración con Robert Edward Synder), demostró que existe “una relación positiva entre la libertad religiosa y 10 de los 12 pilares de la competitividad mundial, según la clasificación del Índice Mundial de Competitividad del Foro Económico Mundial”.

En otro informe, The Price of Freedom (El precio de la libertad, de Brian Grim y Roger Finke, Cambridge, 2011), Grim respalda la afirmación del economista de Harvard y premio nobel Amartya Sen de que donde hay libertad religiosa también hay otras libertades y menos conflictos armados, mejor situación sanitaria, mayores oportunidades de educación para las mujeres y niveles más altos de los rendimientos del trabajo tanto para las mujeres como para los hombres.

Uno de los ejemplos de la asociación entre la libertad religiosa y el desarrollo humano presentados por Grim es el contraste entre Arabia Saudí y su vecino, los Emiratos Árabes Unidos. Comenta: “En los Emiratos, donde son legales muchos credos, las personas tienen distintas formas de contribuir a la sociedad ya sea a través de asociaciones religiosas o por otras vías. Tienden a trabajar mucho y a implicarse en la sociedad”.

“Sin embargo, en Arabia Saudí, donde están prohibidos todos los credos salvo uno, se manifiesta un entusiasmo por el trabajo mucho menor y muchas personas muestran que no tienen el más mínimo deseo de realizar una contribución a la sociedad fuera de la que representa su trabajo. Estas experiencias, observadas por muchos estudiosos en los dos países, indican una relación entre el nivel de libertad religiosa de cada uno de ellos y la vida económica de sus habitantes”.

”Por ejemplo, el producto interior bruto per cápita de 2007 en términos de paridad de poder adquisitivo (PIB-PPA) ascendía en los Emiratos a 55.200 dólares, lo que casi triplicaba el PIB-PPA per cápita de Arabia Saudí que solo era de 20.700 dólares”.

Otro de los ejemplos que cita es China. Durante la Revolución Cultural quedó prohibida toda actividad religiosa. Comenta que “a principios de la década de 1980, China dejó atrás aquellos funestos años de represión religiosa absoluta. A partir de entonces, la economía de China se ha disparado”. A pesar de que dice que el Gobierno chino sigue “limitando por la fuerza” los grupos religiosos, hay un gran contraste entre el variado paisaje religioso de la China actual y los años de barbecho de la Revolución Cultural. Termina concluyendo que “hay chinos que consideran que una mayor expansión de la libertad religiosa puede ayudarles a alcanzar mayor progreso social”.

EGIPTO, Filipinas, libertad religiosa
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