ACN.- Ayuda a la Iglesia Necesitada transmite la comunicación de misioneros y religiosos jesuitas que narran la situación que ocurre en Alepo. La información llegó hasta las oficinas centrales en Alemania y a la letra dice así: «Durante este mes, el Ejército sirio y sus aliados han retomado el control del 80 % de la ciudad de Alepo. El territorio de la oposición sitiada se ha reducido a solo nueve barrios de la ciudad.
Muchos civiles han huido de las zonas controladas por la oposición y asediadas durante tres meses, refugiándose en la zona occidental de la ciudad debido a los fuertes bombardeos y la escasez de víveres y gas. Las cifras de estos nuevos desplazados varían: la rama de Alepo de la Creciente Roja Siria estima que se trata de entre veinte y cincuenta mil personas. Al principio son acogidas durante unos días en la zona de Al-Mahalej, para luego ser reubicadas en las zonas de Jibreen y Hanano. La Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias están haciendo todo lo que está en sus manos para aliviar el sufrimiento de los más necesitados.
En cuanto a la parte occidental de la ciudad, siguen cayendo en las zonas más pobladas misiles hechos a mano, bombas con forma de tanques de gas y granadas de mortero, aunque su número ha disminuido de forma significativa en las dos semanas de la ofensiva del Ejército sirio contra los territorios de la oposición.
El sábado, 10 de diciembre, a las 17:45 horas, un misil impactó contra el monasterio jesuita donde se encuentra nuestra oficina. Damos gracias a Dios de que la Misa diaria prevista para esa hora fuera celebrada en otro lugar porque coincidió con un acto espiritual, por lo que tuvo lugar en la iglesia franciscana. Los daños que ha sufrido el edificio son considerables: por todos lados hay vidrios rotos y escombros, pero, gracias a Dios Todopoderoso, nadie ha resultado herido porque era fin de semana.
Desde hace cuatro meses no hay electricidad, y la gente depende de los grandes generadores distribuidos por la ciudad para alumbrar sus casas. En amplias áreas de Alepo no hay agua potable, por lo que los civiles acuden a fuentes y dependen de camiones cisterna para rellenar sus tanques. Hay combustible para la calefacción, pero mucha gente no se lo puede permitir: el Gobierno vende 200 litros por 27.000 liras sirias (70 USD). Por ello, muchos recurren a leña y telas viejas para calentar sus hogares. El servicio de Internet se interrumpe de vez en cuando por varias horas durante el día o por la noche por motivos de seguridad y, cuando funciona, es muy poco fiable.
