Niños en orfandad encuentran cobijo en Bosnia

ACN-AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA-MÉXICO.- (Rolf Bauerdick) Cuando Katarina, con las religiosas sor Admirata y sor Manda, ojea los álbumes de fotos, sus sensaciones son de alegría, pero también de nostalgia. Las fotografías mantienen despiertos los recuerdos de los días felices que Katarina pasó en su infancia.

 Katarina es la chica de mayor edad en el orfanato “Casa Egipto”, de la comunidad religiosa de las Siervas del Santo Niño Jesús. Sus padres eran refugiados de la guerra de Bosnia, padecían de los nervios y no estaban en condiciones de organizar su vida. No se ocupaban de Katarina y de su hermano mayor Stipo, y los dejaron con su abuela que tampoco pudo hacerse cargo de ellos debido a su avanzada edad.

Admirata Lučić es la hermana provincial encargada de dirigir en su convento, ubicado en la ciudad bosnia de Sarajevo, el orfanato y una estancia infantil.

Hoy en día, las religiosas cuentan con una historia llena de bendiciones, aunque su historia tiene momentos difíciles que estuvieron marcados por la destrucción y el odio, ya que la orden fue expropiada en 1949, bajo la dictadura del Partido comunista en la República Popular de Yugoslavia; su convento fue confiscado, a las hermanas les quitaron a los niños, que fueron llevados a centros estatales.

En 1992, al comienzo de la guerra de Bosnia, el ejército serbio bombardeó ese claustro; no quedaron más que los cimientos. Pero volvió a levantarse de las ruinas. Admirata y las otras 12 hermanas, que reciben apoyo de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, pudieron fundar en 1999 el primer orfanato de Bosnia después de la guerra.

Hoy en día, 55 niños y niñas acuden a la estancia infantil; mientras que 19 viven en el orfanato porque perdieron a sus padres o éstos no son capaces de ejercer la patria potestad. “Sin embargo —dice sor Admirata—, damos mucha importancia al hecho de que los niños que frecuentan nuestra estancia no solo proceden de ámbitos sociales difíciles, sino también de familias intactas. Aquí vienen también hijos de diplomáticos y de familias burguesas”.

Stipo, el hermano de Katarina, ya ha dejado la Casa. Ha seguido una formación profesional como mecánico de automóviles y encontró trabajo en un proyecto agrícola de la Iglesia, en la región de Čardak. También Katarina, tras asistir durante nueve años a la escuela, finalizó una formación profesional, como vendedora y escaparatista, por lo que actualmente, las religiosas ayudan a que esta joven encuentre una posibilidad económica para vivir en Sarajevo.

La Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya a las Siervas del Santo Niño Jesús en la formación de las novicias. El pasado año, la Fundación Pontificia Internacional les prestó ayuda también para renovar dos casas de la congregación, que habrían sufrido desperfectos tras las inundaciones que se habían producido en Bosnia.

 

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