Nuncio de Irak a los cristianos iraquíes: “Son la presencia de Cristo”

ACN.- Monseñor Alberto Ortega, Nuncio Apostólico de Jordania e Irak, ha dirigido recientemente una carta de apoyo al Patriarca de la Iglesia Caldea católica, Su Beatitud Luis Sako I manifestando su alegría por el proyecto de reconstrucción de los pueblos de la Llanura de Nínive que fueron atacados y ocupados por Daesh.

Las distintas Iglesias presentes en la zona, una vez ya liberada de los terroristas, se han unido por iniciativa de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada para que las familias cristianas puedan volver a sus casas lo antes posible. Reproducimos a continuación las palabras escritas por Mons. Ortega:

“Carta del Nuncio Apostólico de Irak al Patriarca Sako:

Su Beatitud,

He sido recientemente informado del lanzamiento oficial del trabajo de reconstrucción en algunas de las aldeas cristianas liberadas, que fue realizada con la ayuda de varias organizaciones, en particular la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada. Esta información, junto a las noticias sobre muchas familias cristianas que están volviendo a Telleskof y otras aldeas, me han llenado de alegría y esperanza.

 La iniciativa de reconstruir las aldeas, que ha estado en proceso durante varios meses, es recomendable. Es algo tan bonito que varias Iglesias presentes en la Llanura de Nínive, en particular la Iglesia Caldea, la Iglesia Sirio-católica, y la Iglesia Sirio-ortodoxa están implicadas. Sus representantes participan en el Comité de Reconstrucción. También veo con satisfacción que la colaboración entre varias Iglesias, además de fortalecer la unidad, es una muestra fuerte de comunión, lo que supone un gran regalo y al mismo tiempo una tarea que nos encomendó el Señor.

Espero que la tarea masiva de reconstrucción que ha comenzado felizmente, pueda continuar con esperanza, y que las numerosas instituciones locales e internacionales puedan hacer que sea gradualmente llevada a cabo. En este sentido, merece destacar que volver a casa es un derecho y por tanto una responsabilidad de todos los cristianos y miembros de otros grupos, que tuvieron que huir de sus casas y tierras de manera injusta.

Me siento agradecido por la oportunidad de expresar una palabra de ánimo a los muchos cristianos en Mosul y la Llanura de Nínive que, después de perderlo todo, han sido testigos, se han aferrado a su fe y no han negado a Nuestro Señor Jesucristo. A ellos les digo: Su testimonio de fe es un tesoro para toda la Iglesia. Como dijo el Papa Francisco, animo a todos los cristianos a que no dejen que otros roben sus esperanzas y permanezcan unidos al Señor Jesús, que es su fuerza.

Para todos ustedes que han estado desplazados durante mucho tiempo, a menudo en condiciones muy precarias, les deseo un pronto regreso a sus casas y pueblos. Saben que su presencia en el país es crucial. Son la presencia de Cristo. Tienen una buena misión que nadie puede hacer en su lugar. Les invito a permanecer en su tierra para continuar contribuyendo al bien de la sociedad. Con ustedes, continúo rezando por la paz y la reconciliación del país.

Les aseguro que no están solos: la Iglesia, empezando por el Santo Padre, que saben que los ama y los tiene presentes en sus oraciones, está cerca de ustedes. Un signo de esta cercanía es toda la ayuda que ha llegado de parte de muchas instituciones y muchas personas. La iniciativa, patrocinada por Ayuda a la Iglesia Necesitada, es un acto precioso y concreto que expresa tal preocupación. Estoy muy agradecido a aquellos que están comprometidos a hacer posible esta buena acción a la que deseo lo mejor.

Para llevar a cabo los trabajos de reconstrucción, necesitan mucha ayuda material, que confío en que llegará. Sin embargo, necesitan por encima de todo coraje, motivación, y trabajo movido por la fe de cada uno de ustedes. En este sentido, el papel de los líderes es crucial. Su Beatitud está llamada a desempeñar un papel de liderazgo; lo mismo es para los obispos de las Iglesias, así como los sacerdotes, religiosos y religiosas. Al respecto, la unidad de intención y colaboración es primordial, especialmente entre los sacerdotes y sus obispos. En el momento el que el futuro de los cristianos en el país está en juego, tal unidad y comunión es de primordial importancia. Los fieles están observando y esperan de ustedes, sacerdotes y obispos que trabajen por el bien de los fieles y, por tanto, el bien de la Iglesia y de la sociedad en su conjunto.

Por mi parte, puedo asegurarle mis oraciones y mi compromiso de seguir en la medida de lo posible este importante trabajo de reconstrucción. Le encomiendo a Nuestra Señora de Fátima, y le envío mi bendición.

Le comunico que consideré oportuno enviar un mensaje similar a Su Excelencia, Monseñor Youhanna Boutros Moshe, arzobispo de Mosul de la Iglesia sirio-católica, aprovecho la oportunidad para confirmarle, Reverenda Beatitud, mi más profundo respeto.

Mons. Alberto Ortega, Nuncio Apostólico de Jordania e Irak”

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