ACN.- En la península de Crimea hay nueve parroquias católico-romanas y una de ellas es la parroquia de San Martín de la ciudad costera de Eupatoria. Esta parroquia, que es muy activa, es asistida por los Oblatos de la Inmaculada Virgen María. Además, la parroquia también cuenta con la presencia de las Hermanas de la Eucaristía. “Ahí donde están las religiosas acuden muchos niños y jóvenes. Tanto los niños como los adultos reconocen en ellas el rostro maternal de Dios”, nos escribe monseñor Jacek Pyl, el Obispo responsable de los creyentes romano-católicos de Crimea.
Muchos niños y jóvenes acuden a la Santa Misa, a la catequesis y también a las ofertas de ocio, pues en la casa parroquial pueden jugar al tenis de mesa y a otros juegos. En verano, la parroquia también organiza el campamento de verano “Vacaciones con Dios”, donde los niños pueden descansar y, al mismo tiempo, profundizar y compartir su fe con los demás. Y es que, a menudo, en su entorno no viven muchos creyentes. La parroquia cuenta con varias comunidades de creyentes en otros lugares que son visitadas con regularidad por los sacerdotes, y también ahí hay muchos niños que acuden encantados a la Iglesia.
Monseñor Pyl se había propuesto que los niños y jóvenes de las nueve parroquias de Crimea obtuvieran un regalo por Navidad, pues todo se encarece y los padres a menudo no ingresan más de cien euros al mes. Con esta cantidad, las familias con niños y, sobre todo, las familias numerosas, apenas pueden sobrevivir. Por esta razón, los padres pidieron al Obispo que no les regalara dulces a los niños, sino artículos útiles para la vida cotidiana que allí son un lujo para muchos: champú, jabón, una chaqueta caliente.
Con 10.000 euros, nuestros bienhechores ayudaron al Obispo a dibujar una sonrisa en el rostro de 210 niños y sus padres. ¡Gracias de todo corazón!
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