Proyecto de mes: Recursos para formación sacerdotal

ACN.-Brasil sigue considerándose el mayor país católico del mundo, pero el número de católicos está disminuyendo cada vez más: en la actualidad, solo en torno a un 72 % de los más de 190 millones de brasileños son católicos, aunque las cifras que se obtienen al respecto varían mucho.

Lo que sí está claro es que su número disminuye de forma dramática porque las sectas e iglesias pentecostales se expanden cada vez más. Estas captan a los creyentes con promesas sin fundamento, asegurando a sus seguidores que alcanzarán rápidamente bienestar, salud o el cumplimiento de otros sueños. Entretanto ya hay más de 35 mil agrupaciones de este tipo.

Para ellas son víctimas propicias sobre todo los habitantes desilusionados y desarraigados de los suburbios de las grandes ciudades. Muchas de estas personas provienen del noreste del país, donde hay lugares en los que no llueve desde hace años y donde apenas podían alimentar a sus familias. Esta gente pensaba que en la gran ciudad todo sería mejor, pero han tenido que comprobar con amargura que sus esperanzas y sueños no se han hecho realidad. Tras invertir todo su dinero en un viaje a la supuesta “tierra prometida”, pueden considerarse afortunados si logran encontrar un empleo como barrenderos, porque la mayoría no encuentra trabajo. Y así empieza un círculo vicioso: las familias se rompen, muchos se vuelven alcohólicos o drogadictos, y la predisposición a la violencia va en aumento.

Por tanto, la Iglesia Católica afronta en Brasil grandes retos. Además, vista la enorme extensión del país y el gran número de creyentes, hay demasiado pocos sacerdotes. Las parroquias son, a menudo, gigantescas: algunas cuentan incluso 100.000 feligreses. Por esta razón, uno de los principales objetivos de la Iglesia local reside en la promoción de las vocaciones. “Deja una parroquia durante veinte años sin sacerdote y acabarán adorando a los animales. El sacerdote no es sacerdote para sí mismo, sino para ustedes”,  decía Jean-Marie Vianney, el famoso Santo Cura de Ars. Aunque pueda parecer una formulación exagerada, sí va al meollo del problema que afronta actualmente la Iglesia brasileña: donde no hay sacerdotes, los creyentes se pasan con facilidad a las sectas.

En la Diócesis de Marília del estado de São Paulo se preparan en la actualidad 28 jóvenes varones para la ordenación sacerdotal. La diócesis abarca un territorio de 11.980 kilómetros cuadrados y cuenta con 61 parroquias y un total de 729.000 católicos. Eso significa que cada parroquia tiene una media de unos 12 mil creyentes, mientras que la diócesis solo cuenta con 57 sacerdotes diocesanos: de ahí que sean tan importantes las vocaciones. El objetivo es que los jóvenes que se forman en el seminario mayor se conviertan en buenos sacerdotes. Por ello, ahí no se trata solo de que obtengan una buena formación académica, sino también de que se desarrollen a nivel espiritual y humano y que reúnan experiencia práctica en la pastoral visitando parroquias e instituciones sociales católicas y trabajando en ellas.

Apoyamos su formación con 7.000 euros.

Referencia: 212-02-79

 

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