Una mirada suiza a las comunidades católicas de Paraguay

ACN.- (Ivo Schürmann) Cerca del 90% de la población paraguaya profesa la religión católica. Debido a la pobreza en ese país, la Iglesia católica no puede mantenerse sin la ayuda del exterior. La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada provee la cantidad de un millón de francos suizos al año para cubrir diversos proyectos que benefician a los católicos de la zona.

Este país del interior rara vez se encuentra en la mirada de la prensa internacional. Poco se sabe sobre este país localizado a la sombra de Argentina y Brasil. Su superficie es 10 veces más grande que la de Suiza, residen ahí menos de 7 millones de habitantes. A pesar que las regiones tropicales del norte y noreste son poco pobladas, ahí está presente la Iglesia católica. Uno de los mayores retos es para los habitantes católicos de la inhóspita región del Alto Paraguayo.

La forma más rápida de arribar desde la capital paraguaya Asunción a la ciudad de Fuerte Olimpo en la provincia del Alto Paraguayo es por avión. El vuelo es llevado a cabo por un avión de las fuerzas armadas paraguayas que fue adquirido de la empresa española CASA. Cada miercoles se realiza un vuelo que hace tres aterrizajes intermedios. Se trata de un avión muy ruidoso que tiene sillas duras e incómodas. Queda como alternativa un largo viaje en autobús a través de senderos casi intransitables. Los pilotos llevan la aeronave en forma segura hasta Fuerte Olimpo, allí ellos al descender tienen que reportar el origen de los pasajeros. Muy pocas veces viajan europeos por estos rincones paraguayos. Al hablar de Suiza lo primero que vino a la mente del piloto militar fué el nombre de Roger Federer, de quien es gran admirador.

Fuerte Olimpo

En la ciudad del Alto Paraguay residen cerca de 1500 habitantes. Aparte de la vistosa catedral en la colina no sobresale ninguna construcción en la ciudad.

Desde hace algunos años Monseñor Gabriel Escobar es responsable de este vicariato apostólico. El obispado escasamente amueblado, así como el pequeño y simple seminario fueron modernizados gracias a la ayuda de ACN.

Monseñor Gabriel está siempre preocupado de permitirle a los jóvenes una buena educación e inspirarlos que sirvan a la Iglesia. Actualmente estudian tres jóvenes en el seminario, al principio del semestre eran siete. El objetivo principal del obispo es graduar al primer sacerdote de este vicariato. Los tres seminaristas están muy motivados y convencidos de su camino. Durante la misa de la tarde asisten al obispo en su liturgia. Mientras Cristian, hace de monagillo, los otros dos seminaristas cantan. Los visitantes europeos se llevan un gran susto en la mitad de la misa al ver una tarántula paseandose a través de la Iglesia. Los habitantes de la localidad permanecen calmados, ya que para ellos las arañas y las culebras son simplemente parte del día a día.

Alto Paraguayo

En el Alto Paraguayo viven aproximadamente 22000 habitantes. La mayoría de ellos encuentran su sustento a través del trabajo en fincas que pertenecen a grandes propietarios, que por lo general vienen del extranjero. La tierra no es muy costosa, ya que Paraguay es un país pobre y explotado casi siempre por ricos brasileros. Los paraguayos trabajan en condiciones muy precarias. Sus hijos reciben por lo general una educación muy básica. La Iglesia se ha dado a la tarea de mejorar esta situación, por esta razón el vicariato posee un gran internado en Nu Apu’a. Bajo el liderazgo del Director Enrique se preparan para el bachilleraro 66 varones y 40 niñas. Es uno de los pocos centros educativos de esta región. Tres monjas se encargan de la catequesis y ayudan a los jóvenes en su vida diaria. El obispo Gabriel pasa constantemente a celebrar la eucaristía donde asisten estudiantes y educadores. Antes que los estudiantes entren a las aulas tienen que revisar cuidadosamente que no haya una culebra escondida en algún rincón. Hay muchas culebras y algunas de ellas venenosas. El doctor más cercano se encuentra a muchos kilómetros de distancia.

Comunidades indígenas

En la comunidad de Carmelo Peralta que está localizada al sur de Fuerte Olimpo a lo largo de río Paraguay, se encuentra ubicada la parroquia “Don Bosco de la Punta” atendida por dos sacerdotes de la tercera edad, el paraguayo Armindo Barrios y el misionero italiano Lugi Nardon.

En el jardín de la parroquia hay árboles de mango que tienen una innumerable cantidad de mangos. Este árbol es típico en Paraguay. El Padre Armindo visita en las tardes las comunidades que residen a la orilla del río. El es responsable de su asistencia. La mayoría de la población indígena profesa la fe católica. Los salesianos no solo se encargaron de llevar ahí la fé, sino también de organizar los registros de propiedad y de dotar de electricidad al pueblo.

Los esposos Dominga y Salvador han sido delegados por el Padre Armindo de cuidar de la comunidad de Don Bosco de la Punta. Dominga confirma el interés de la gente por la fe: “Las clases de religión de los sabados están siempre llenas. Los domingos todos los habitantes van a misa, aun cuando el Padre Armindo una que otra vez no nos puede acompañar. Lo más importante para las personas es que permanentemente puedan escuchar la palabra de Dios.”

La parroquia de Don Bosco de la Punta ha sido financiada por ACN. Gracias a la ayuda de Ayuda a la Iglesia Necesitada se han construido otras capillas en estas comunidades indígenas. Los indígenas de la zona son pobres y solo trabajan entre los meses de abril a octubre, cuando los turistas brasileros viajan en barco por el río Paraguay, por lo que no tienen la capacidad económica de construir un templo. El Padre Armindo se lleva muy bien con ellos y los valora mucho. (Crónica de la visita de Ivo Schürmann a los diversos proyectos de ACN en Paraguay).

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