ACN.- Los rebeldes anti-gubernamentales en lucha contra el ejército regular sirio, han centrado sus ataques en “casas y edificios habitados por civiles, así lo ha declarado el p. Ibrahim Alsabagh, franciscano de 44 años, guardián y párroco de la iglesia latina de san Francisco en Alepo, la “capital del Norte” de Siria convertida de hace tiempo en el epicentro del conflicto en el país árabe.
“De hace tres años vivimos bajo los misiles que disparan las milicias armadas que se encuentran en la parte este de la ciudad o colocados alrededor de Alepo”. El deseo, concluye el sacerdote, es que se pueda llegar pronto a una solución para aliviar los sufrimientos de la población ya exasperada por un conflicto que desde marzo de 2011 ha provocado 300 mil muertos (430 mil según otras fuentes) y millones de prófugos.
En las últimas dos semanas Siria y Rusia han suspendido los ataques aéreos contra el sector oriental de Alepo, en el contexto de una “pausa humanitaria” no mantenida en varias ocasiones por los grupos rebeldes. También han partido misiles y cohetes desde el sector oriental (donde viven bajo asedio unas 250 mil personas), que han alcanzado la zona oeste en manos del gobierno y en la cual reside la mayoría de la población (1,2 millones de personas).
