Leah fue secuestrada a los 14 años en su escuela en Nigeria, junto con otras 110 alumnas. Todas fueron liberadas, excepto ella, que se negó a renunciar a su fe cristiana. Hoy, seis años después, Leah sigue en cautiverio.
El mundo necesita a los cristianos
Los cristianos perseguidos en el mundo están siendo auténticos evangelizadores del siglo XXI. Tienen una fe a prueba de bombas, basada en la oración, una fe valiente y capaz de perdonar, expuesta a insultos, burlas e, incluso, a ataques físicos. No se avergüenzan de su fe sino que la viven como un compromiso para transmitir en su entorno el Amor de Dios.
A pesar de tener muy escasos recursos, la Iglesia católica en lugares de persecución y conflicto juega un papel clave como transmisora de paz, convivencia y reconciliación; aporta estabilidad a la sociedad, a través de la defensa de la dignidad humana, la educación, y atención sanitaria; es fuente de caridad con los más necesitados y esperanza para los que lo han perdido todo.
Los cristianos perseguidos y discriminados necesitan de ti para sostenerse, para permanecer en sus comunidades y así preservar su fe. Necesitan de ti para formarse y vivir la fe en comunidad; sostener sus seminarios, reconstruir y proteger sus templos para intentar preservarlos de ataques terroristas. Los cristianos perseguidos sólo si cuentan con tu ayuda podrán tener los medios para permanecer y salvaguardar nuestra fe allí donde es amenazada.
Los cristianos perseguidos tienen una fe a prueba de bombas. Quieren seguir haciendo presente a Jesus aún sabiendo que son minoría.
“Sentí un dolor insoportable cuando mataron a mi padre. Les he perdonado en mi corazón”
Janada Marcus, 22 años, Nigeria
“Unos hombres de Boko Haram apuntaron a mi padre con un machete y le dijeron que nos dejarían en libertad si mantenía sexo conmigo. ‘Antes prefiero morir que cometer esta abominación’, respondió. Uno de los hombres le cortó la cabeza. Sentí un dolor insoportable. Dos años más tarde, otros hombres me capturaron y me torturaron física y emocionalmente. Cuando me liberaron, mi madre me llevó al Centro de Trauma de Maiduguri, construido gracias a los benefactores de ACN. Es difícil perdonar y olvidar a los que me han hecho tanto daño, pero tras seis meses de terapia, oración y orientación, les he perdonado en mi corazón. Rezo por la redención de sus almas. Mi fe se ha fortalecido”.
“Las víctimas, incluida mi mujer, dedicaron sus vidas a Dios”
Devanjalie y Pringantha, supervivientes de atentado, Sri Lanka
Domingo de Resurrección de 2019. Varias bombas sembraron el terror en tres hoteles y tres iglesias de Sri Lanka, dejando 269 muertos y 500 heridos. “Mi mujer y mi hijo habían asistido a Misa… Tras la explosión, un vecino me dijo que había visto a mi hijo, con su ropa ensangrentada pero caminando. Di gracias a Dios porque creí que los dos estaban vivos. Busqué a mi mujer durante días entre los heridos en los hospitales, hasta que finalmente tuve que aceptar su muerte. Pese a todo, estamos orgullosos de ser católicos y fieles a Jesús. Las víctimas, incluida mi mujer, dedicaron sus vidas a Dios”. ACN ha financiado el trabajo y la formación de 340 especialistas para ayudar psicológicamente a más de 2.000 víctimas de este atentado.
“Ante la barbarie, hemos de nacer de nuevo y apoyarnos en nuestro Señor”
Francisco Faustino,“Chico”, padre de familia, Mozambique
“Tengo 52 años y soy padre de cinco hijos. En octubre de 2020 nuestra ciudad, Muidumbe, fue tomada por terroristas islámicos, huimos al bosque, quemaron nuestras casas.. Un día, a pesar del peligro, mi hijo mayor quiso ir a la ciudad a por comida y agua, y fue decapitado. Quise recuperar y enterrar su cuerpo, lo conseguí aunque con mucho miedo. Nuestra diócesis ha creado un grupo de apoyo psicosocial. Verbalizar el dolor es el primer paso para sanar heridas. Hemos de nacer de nuevo, recuperar el ánimo y apoyarnos en nuestro Señor, acoger a los que sufren, estar cerca de la familia y amigos, compartir lo pequeño”.
“El miedo no nos paralizará mientras tengamos fuerzas para arrodillarnos”
María N, Nicaragua
Este tiempo de persecución y angustia es un tiempo penitencial. Los sacerdotes están siendo perseguidos; monseñor Rolando Álvarez ha sido condenado a 26 años de prisión; religiosos se han visto obligados a irse;el gobierno ha prohibido actos de piedad por las calles; las homilías están siendo grabadas. Aún así, rezamos en las casas, en las parroquias o por Zoom o Whatsapp; asistimos a Misa el domingo, nos confesamos. Estamos seguros de que el clamor de este pueblo será escuchado por Dios. El miedo no nos paralizará mientras tengamos fuerzas para arrodillarnos y alzar nuestras manos a Dios.
* Ésta es una pequeñísima muestra de los miles de proyectos que ACN apoya para ayudar a los cristianos perseguidos en el mundo. Tu generosa aportación se destinará a estos o a otros proyectos pastorales similares.
Tú puedes hacer que estos valientes hermanos permanezcan fieles a su misión y el cristianismo siga siendo luz para el mundo entero.
¡Cuentan contigo!
ACN es una Fundación Pontificia
“Yo los invito a todos, junto con ACN hacer en cada lugar y en todo el mundo, una obra de Misericordia”.
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