Las amplias llanuras del Alto Apure, al suroeste de Venezuela, son un punto de encuentro entre la herencia andina y la identidad llanera, con una fuerte presencia indígena y contacto con colombianos del otro lado de la frontera. En medio de este paisaje se alza el Cristo de la Sabana, que se ha convertido en un símbolo de fe, identidad y resiliencia para la Diócesis de Guasdualito.