ACN.- Las Siervas de María (Handmaids of Mary) son una congregación femenina india fundada en 1944 para atender a personas marginadas por la sociedad y, especialmente, a mujeres y niños pertenecientes a minorías étnicas desfavorecidas o a la clase social de los dalits (casta de los ‘intocables’). En la actualidad, las religiosas trabajan en dieciocho diócesis indias.
En la diócesis de Roukela, donde tienen una casa en Telendih, la población pertenece a muchos grupos étnicos diferentes y la mayoría de las familias son muy pobres, pues viven de lo poco que cultivan ellas mismas y para ello dependen totalmente de las lluvias monzónicas. A menudo, la cosecha no alcanza para vivir, por lo que muchos trabajan como jornaleros. No obstante, la fe de estas personas es profunda y sólida, y para muchos la Santa Misa es el indispensable punto culminante del domingo y los días festivos.
Las Siervas de María son especialmente activas en la catequesis, en aras de que la gente conozca mejor y más profundamente el Evangelio y la fe de la Iglesia, y, además, también hacen lo que pueden para que las niñas vayan a la escuela. La mayoría de las mujeres están en desventaja porque no saben leer ni escribir, y por eso enseñan a las niñas y sensibilizan a las familias de la importancia de su educación. Finalmente, a través de sus visitas a enfermos, ancianos y moribundos transmiten a la gente el amor de Dios.
La Hna. Meric Toppo, superiora de la comunidad de Telendih, es una de las pioneras del convento, y la Hna. Bernadette Kerketta, superiora provincial, dice de ella: “Ha servido a la misión con alegría durante los últimos cuarenta años. Ha recorrido a pie muchos kilómetros para llegar a la gente que sufre y necesitada, e infundirles esperanza y valor. Ha unido a los feligreses en un solo pueblo bajo el paraguas de la parroquia y es una persona con los pies en la tierra, profundamente arraigada en los valores del Evangelio y muy implicada en la transmisión de la fe”.
La Hna. Bernadette nos pide ayuda para sus compañeras de Telendih, que tienen un gran problema porque su convento precisa reformas: el agua se filtra por el tejado, que se ha vuelto inestable; los muros están llenos de grietas; las puertas de madera están siendo devoradas por las termitas; y también hay que renovar la cocina, el baño y la instalación eléctrica. Nosotros les hemos prometido 17.500 euros para las obras más urgentes.
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