La esperanza de la Iglesia pakistaní se apoya en la formación para la minoría cristiana

ACN.- Mons. Joseph Arshad, arzobispo de Islamabad-Rawalpindi y presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, profundiza en una entrevista durante su visita a la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), sobre cómo es y cómo vive la Iglesia católica en su país, una minoría que no supera el 2% de la población. La esperanza de futuro de la Iglesia pakistaní es formar a gente educada y respetable para que así cambie la imagen que tienen las otras religiones de los católicos, ya que la mayoría de las familias católicas tienen muy pocos recursos y trabajan casi como esclavos, siendo la gran mayoría de ellos analfabetas.

¿Cuáles son los orígenes de la Iglesia en Pakistán?

Según la tradición, el apóstol Santo Tomás fue la primera persona que trajo el Evangelio a estas tierras. Santo Tomás fue hasta la India, y Pakistán era parte del mismo territorio hasta hace unas décadas. En su camino al sureste de la India, donde hoy hay comunidades cristianas antiquísimas, se cuenta que pasó por el actual Pakistán, siguiendo la ruta terrestre de Alejandro Magno. Cerca de lo que hoy es Islambad se encuentra la ciudad histórica de Taxila. Allí hay excavaciones de la época griega y posteriores, donde se han encontrado restos de una cruz escavada en piedra atribuida a Santo Tomás. La cruz se encuentra actualmente en la catedral de Lahore.

¿Y después de Santo Tomás?

En el siglo XVI, cuando el Imperio Mogol contralaba este territorio, un rey, llamado Akbar, invitó a varios sacerdotes para explicar en su corte qué era el Cristianismo. Varios misioneros jesuitas vinieron y en ese tiempo el rey dio permiso para construir un par de iglesias en Lahore, después otros reyes más tardíos las destruyeron. Finalmente en el siglo XVIII, cuando comenzó el control por parte del Imperio Británico, empezó una nueva evangelización, la Iglesia fue restaurada. Había capellanes católicos del ejército inglés, y comenzaron a evangelizar. Allí empezó un nuevo periodo que continúa hasta nuestros días.

¿Cómo descubrió su vocación al sacerdote?

Mis abuelos eran ya católicos, así que nací y crecí en una familia católica donde me transmitieron la fe. Cerca de mi colegio había una parroquia y solía ir allí con otros amigos. Yo servía en la Eucaristía a veces leyendo las lecturas, otras veces como monaguillo. A veces íbamos a visitar otras zonas de la parroquia donde había familias cristianas dispersadas, para conocer sus necesidades. Poco a poco, fui conociendo mejor la vida de los sacerdotes y vi que Dios me llamaba a ser como ellos, estar al servicio de Dios y de la comunidad. Durante el periodo del seminario, teníamos actividades pastorales, entonces pasé tiempo visitando los pueblos de cristianos, vi que la vida allí es muy difícil, yo decía: “su vida es muy dura; sería difícil para mí vivir así, es verdad que la mía no es fácil y afrento dificultades, pero esta gente tiene aún más y si yo fuese sacerdote podría ayudar a los demás y llevar esperanza a estas personas”.

¿Qué es lo más importante que ha aprendido?

La fe de la gente sencilla ha hecho que mi fe se haya fortalecido. He aprendido a amar a la Iglesia a través del amor de la gente, que solicita nuestra presencia, nuestra ayuda, nuestra guía. Me siento muy feliz siendo sacerdote, doy gracias a Dios todos los días por ello. Es la gente sencilla la que más me ha enseñado que Dios es una ayuda imprescindible, en Él hay esperanza siempre.

¿Cuál es el futuro para la Iglesia de Pakistán?

La Iglesia Católica está apostando por la formación de los sacerdotes. Necesitamos buenos sacerdotes, bien formados; y también religiosos y religiosas. Así mismo necesitamos poder darle acceso a la educación a nuestra comunidad, si los cristianos tienen educación y una buena formación, la imagen de nuestra comunidad cambiará. También tratamos de que haya mejores familias cristianas, donde los matrimonios se traten con respeto y amor, y que apuesten por la educación de sus hijos. La ayuda de ACN en todos estos aspectos es imprescindible.

¿Cuál es la situación de las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada?

Gracias a Dios hay vocaciones, especialmente en pequeños pueblos de mayoría cristiana, tanto al sacerdocio como a la vida religiosa. Aquí en mi diócesis hay actualmente 35 seminaristas, y por ejemplo, junto a la catedral, está la casa de formación de las Religiosas Dominicas que tienen 20 novicias.

 ¿Cuáles son las principales necesidades de la Iglesia en Pakistán?

Como he explicado una gran necesidad es la educación, hay mucha gente que no puede continuar sus estudios por falta de colegios y falta de recursos. La mayoría de los estudiantes que van a los colegios cristianos son musulmanes, estamos abiertos a todos. Pero necesitamos más colegios: antes la Iglesia estaba muy bien reconocida y valorada por sus colegios, ahora la población ha crecido mucho, las ciudades también y nuestras instituciones están enfrentándose a nuevos retos. Aparte de eso antes contábamos con muchos misioneros de fuera del país, ahora poco a poco la Iglesia se está haciendo más local, con lo cual no tenemos tanto apoyo del exterior, y tenemos grandes problemas de financiación que afectan a continuar con esta misión.

 

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