ACN.- En la República Democrática del Congo, como en casi todos los países africanos, los
catequistas desempeñan un papel importante en el anuncio de la fe. En la Diócesis de Lolo,
en el norte del país, la vida de Iglesia se paralizaría si los catequistas no vivieran junto a los
creyentes en las aldeas y si no se reunieran con ellos para la oración y la catequesis. Esto se
debe a que las parroquias abarcan grandes territorios con numerosos pueblos, algunos de
ellos, de difícil acceso.
Los pocos sacerdotes tienen que caminar durante horas e incluso
cruzar arroyos de medio metro de profundidad para visitar a los creyentes. Por todo ello, los
sacerdotes no pueden visitar los pueblos tan a menudo como sería necesario para atender a
los creyentes. En cambio, los catequistas viven ellos mismos en los pueblos.
En la Diócesis de Lolo hay un centro catequético para que los catequistas puedan recibir una
buena formación básica y continua para su valioso ministerio. La formación de los
catequistas dura dos años. Como normalmente ya tienen una familia, traen consigo a su
esposa e hijos, para los cuales se ofrece alojamiento. Durante la formación de los padres los
niños van a la escuela, y la diócesis paga las tasas escolares, el material didáctico y los
uniformes escolares. También las esposas de los futuros catequistas asisten a diversos
cursos, por ejemplo, de costura, economía doméstica, alfabetización, Biblia y Moral.
Los futuros catequistas reciben una formación tanto teórica como práctica para la pastoral y
el anuncio de la fe. Al Obispo, Mons. Jean Bertin Nadonye Ndongo, le importa mucho la
formación de los catequistas, y asegura que la mejora de su formación ha dado a la diócesis
un “nuevo impulso” y se ha convertido en “fuente de inspiración”. No obstante, también
añade que todavía se necesitan muchos catequistas bien formados, y por eso nos pide ayuda
para que diez catequistas con sus familias puedan recibir formación. Nosotros le hemos
prometido 13.000 euros para este fin.
Referencia: 115-07-49