Una Iglesia para un santuario mariano en la diocésis de Mymesingh, Bangladesh

ACN.- En los últimos tiempos, los católicos de Bangladesh han tenido dos motivos de alegría: en primer lugar, en noviembre de 2016, el Arzobispo de Dhaka, Mons. Patrick D’Rozario, fue nombrado Cardenal, y para mucha gente en Bangladesh –y no solo para los católicos–, esto fue un importante acontecimiento. A continuación le siguió otro más importante aún, a saber, cuando el Papa Francisco anunció en 2017 que iba a visitar este país del sureste asiático del 30 de noviembre al 2 de diciembre.

Los católicos solo representan una minúscula minoría de un 0,2% de la población total de Bangladesh, donde los musulmanes, con un 89%, son la gran mayoría. No obstante, la Iglesia es muy activa y la fe de los católicos es firme.

En la Diócesis de Mymesingh viven unos 80.000 católicos, y, al igual que en el resto del país, los creyentes pertenecen casi todos a minorías étnicas. Por esta razón, se encuentran doblemente en minoría: como cristianos y como etnia.

La fe católica llegó hace 125 años a la región, y la mayoría de la gente que fue bautizada profesaba antes las religiones tradicionales. La Buena Nueva ha marcado profundamente sus vidas y estos creyentes practican su fe de forma muy intensa. Para ellos, la Iglesia se ha convertido en una patria.

Sobre todo el amor a la Madre de Dios es especialmente profundo. El primer Obispo de la Diócesis de Mymesingh, fundada en 1987, promovió la veneración a la Virgen mediante una peregrinación anual a Baromari que, desde el principio, fue muy popular.

Entretanto, allí hay una gran estatua de la Virgen de Fátima, un vía crucis, una casa para los dos sacerdotes que trabajan allí y algunos alojamientos para los peregrinos. Entre tanto, el santuario es tan popular que llegan a reunirse allí hasta 25.000 personas. Además, ahora también se realiza una peregrinación para personas discapacitadas. Para la gente, estas peregrinaciones al santuario mariano son una bendición, y no solo los católicos participan en ellas, sino incluso también musulmanes e hindúes.

Por desgracia, el lugar todavía carece de una iglesia como Dios manda, por lo que los peregrinos se reúnen a la intemperie para celebrar la Santa Misa y las devociones, cubiertos tan solo de techumbres provisionales para protegerse de la lluvia y del fuerte sol. Por esta razón, el Obispo de Mymesingh, Mons. Paul Ponen Kuni, se ha dirigido a nosotros, pues él y sus creyentes desean erigir en Baromari una auténtica iglesia. Nosotros vamos a apoyarlos con 45.000 euros.

Referencia: 342-08-19

 

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