ACN.- En toda África, los catequistas desempeñan un papel importante, y ello se debe a que las parroquias -especialmente en las zonas rurales- abarcan vastos territorios y engloban numerosos pueblos. Sin embargo, los sacerdotes no pueden estar en todas partes al mismo tiempo, y por eso, muchos pueblos cuentan con un catequista que acompaña a la gente en su camino a los sacramentos, reza con ellos y los ayuda a crecer en la fe.
Ese es también el caso de la Diócesis de Kandi, en Benín, que tiene una superficie mayor que la de Bélgica -33.000 kilómetros cuadrados- y que, sin embargo, sólo cuenta con catorce parroquias. Pronto se erigirá una nueva.
La Iglesia de este país del África Occidental afronta grandes retos: por un lado, Benín es hasta cierto punto la “cuna” de la religión vudú, que sigue estando muy extendida; y por otra parte, el islamismo y el terrorismo, que ya afligen a otros países de África Occidental, se están extendiendo cada vez más en Benín.
En la Diócesis de Kandi, el 72% de los habitantes son musulmanes y un 8% pertenecen a religiones tradicionales africanas. Los cristianos constituyen una quinta parte de la población, pero cuando la gente no está bien instruida en la fe, siempre existe el peligro del sincretismo, a saber, el de mezclar la fe cristiana con elementos de otras tradiciones religiosas. Para garantizar una buena formación en la fe, la diócesis cuenta con un centro catequético en Gogounou, donde cada año se forman numerosos catequistas.
Por su servicio en las parroquias, los catequistas no perciben ninguna remuneración, pues realizan de forma voluntaria un trabajo por el que sólo Dios los recompensará. Sin embargo, para facilitarles su ministerio, la diócesis quisiera al menos proporcionarles medios de transporte adecuados para que puedan desplazarse mejor en esa zona rural con carreteras en pésimo estado. Las motos son ideales para eso, pero la iglesia local carece de los recursos necesarios para comprarlas.
El P. Aurel Djidonou, responsable de este proyecto de la diócesis, nos escribe: “Por eso pedimos motos para estos catequistas, que no tienen miedo a nada y que están dispuestos a dar su vida por Cristo. Con estas motos recorrerán montes y valles y caminos y senderos para anunciar la Buena Nueva, llevar ayuda y consuelo a los corazones afligidos, transportar a los enfermos a los hospitales, llevar la Sagrada Comunión a los débiles y ancianos, etc. Estos medios de transporte no se necesitan para dar paseos, sino para servir a todas las personas sin distinción”.
ACN ayuda para la compra de quince motos para los catequistas: una para cada parroquia.
Referencia: 117-07-29