ACN.-Mohamad Nakash Tariq, acusado de secuestrar y violar a Maira Shahbaz, una católica paquistaní de 14 años de Madina Town (Faisalabad), no compareció ante las autoridades judiciales. El hombre también está acusado de obligar a la menor a contraer matrimonio y pedirle que abandone la fe.
Tras una solicitud de anulación del matrimonio, basada en la edad menor de Maira y la ausencia total del consentimiento de la víctima, el tribunal de Rawalpindi solicitó nuevas pruebas, incluidos informes médicos que prueben abuso sexual, informes policiales, certificados de nacimiento y matrimonio. La medida sigue una decisión previa de la autoridad judicial según la cual el imputado sería el marido legítimo porque, según el juez, la adolescente se convirtió al Islam. Esta tesis fue cuestionada a raíz de las declaraciones de la propia Maira a las fuerzas policiales. El 18 de agosto, de hecho, Maira anunció que había huido de la casa de Nakash, que había sido secuestrada, obligada a contraer matrimonio y conversión forzada, inducida a la prostitución y chantajeada con videos. La menor también denunció amenazas de muerte hechas por Nakash a ella y a su familia. De hecho, el hombre había afirmado que quería matarlos si Maira regresaba a casa con sus padres.
La defensa se basa en un certificado de nacimiento y otros documentos oficiales que demuestran que la adolescente tenía 13 años al momento del matrimonio que se le impuso en octubre pasado. El clérigo islámico cuya firma aparece en el certificado de matrimonio ya ha declarado que el documento es falso. La abogada de Maira, Sumera Shafique, en una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada, dijo que «la familia de Maira teme que Nakash quiera secuestrarla nuevamente y matarla a ella ya su familia».
Según Sumera, la evidencia es claramente a favor del adolescente y, a pesar de ello, incluso si gana el caso, no estaría seguro. «Habiendo abandonado a Nakash y vuelto con su familia, Maira siempre será considerada una apóstata que ha abandonado el Islam a los ojos de Nakash y los miembros del grupo, y estos últimos seguirán pidiendo que la maten». Según el abogado, Maira y su familia continúan recibiendo amenazas de muerte. Por ello, aunque ahora se encuentran en un lugar protegido por la policía, tal y como ordenó el tribunal, no se puede garantizar su seguridad. El abogado De hecho, Sumera ha informado que en los últimos días algunos vecinos han sido abordados por personas sospechosas que les han preguntado dónde está la familia.
