ACN.- Entre la creciente avalancha de informaciones llama la atención una nota de Avvenire.it que da cuenta del gran número de sacerdotes que han muerto por la infección en Italia.
Ya son 30; un número que está creciendo día a día, ya que docenas más son positivos, hospitalizados o en cuidados intensivos.La nota de Avvenire señala: “Ocho sacerdotes en pocas horas. Aunque la contabilidad aún está incompleta en este momento, las noticias que llegan de las diócesis sobre los sacerdotes que han muerto desde la epidemia de coronavirus han abierto una herida en un drama en el drama: la Iglesia que llora a muchos de sus ministros, junto con su gente.
Y alrededor del 19 de marzo, el mismo día de la oración de la Iglesia italiana para acortar esta dura prueba para el país y el mundo entero, el presupuesto está particularmente angustiado.»Trece sacerdotes murieron en pocos días. Bérgamo no es solo una ciudad, sino también una diócesis martirizada por la epidemia. Parma también sigue llorando a sus sacerdotes desgarrados por el virus, que han alcanzado los 6 fallecidos. Las noticias de otros sacerdotes desaparecidos provienen de Milán, Cremona (dos muertos que se unen a los otros dos ya contados) y – primer sacerdote del sur – de Valllo de Lucania. A ellos se agregan religiosos, monjas, diáconos, personal de la Curia diocesana, gerentes de oficina y colaboradores.»
«Los sacerdotes se enferman y mueren como los demás, junto con los demás, tal vez incluso más que los demás, incluso si ahora es muy difícil aventurar este tipo de contabilidad estadística. Los sacerdotes italianos siempre han estado en medio de personas, en una misión, pero antes que nada debido a la naturaleza popular de nuestro clero. Es inevitable encontrarlos también en la lista de víctimas cosechadas por esta aterradora epidemia. En algunas diócesis con números impresionantes.
«Este es ciertamente el caso en Bérgamo, donde hasta ahora los sacerdotes que murieron por o con el virus (¿pero realmente importa la diferencia entre una y otra categoría?) Por lo tanto, son incluso 13. Los últimos tres en orden de tiempo son Don Enzo Zoppetti ( 88 años), Don Francesco Perico (91) y Don Gian Pietro Paganessi (79). En los últimos días, Don Remo Luiselli (81 años), Don Gaetano Burini (83), Don Umberto Tombini (83), Don Giuseppe Berardelli (72), Don Giancarlo Nava (70), Don Silvano Sirtoli (59 años), Don Tarcisio Casali (82), Monseñor Achille Belotti (82), Don Mariano Carrara (72) y Monseñor Tarcisio Ferrari (84).
Papa Francisco se comunica con los obispos
El Papa se comunica con los obispos para saber cómo se encuentran ellos y sus sacerdotes. Uno de ellos, Antonio Napolioni, hospitalizado durante varios días debido a los síntomas de la infección y luego dado de alta, contó que «intercambió bromas cordiales sobre las consecuencias de ser ‘pastores’ con el olor de las ovejas ‘, llamado en Cristo a compartir de manera real y plena las alegrías y los sufrimientos del pueblo de Dios.
El Obispo, después de agradecer al Señor por el gran apoyo percibido en la proximidad de tantos obispos y fieles, atestiguó al Papa, el ímpetu conmovedor del servicio de médicos, enfermeras, voluntarios y muchas otras categorías de la comunidad, que no se dan por vencidos y que con delicadeza y generosidad están junto a los enfermos, como señal de gran consuelo y esperanza.
Francisco aseguró su oración por todos y, como siempre, concluyó pidiendo orar por él. El obispo recolectó en estas palabras la confirmación de cuánto él cree en el poder de la oración, frente a cada desafío de la vida”.Monseñor Francesco Beschi, obispo de la diócesis de Bérgamo que rinde un gran tributo a las numerosas víctimas entre su clero, también recibió una llamada telefónica del Papa el miércoles 18 de marzo por la mañana, que informó en un mensaje a la diócesis:»El Santo El padre fue muy cariñoso, me mostró su cercanía paterna conmigo, con los sacerdotes, con los enfermos, con quienes los cuidan y con toda nuestra comunidad. Quería pedir detalles sobre la situación que vive Bérgamo, de la cual estaba muy informado.
Muy impresionado por el sufrimiento de muchos fallecidos y por el desapego que las familias se ven obligadas a vivir de una manera tan dolorosa, me pidió que trajera a todos y cada uno su bendición reconfortante y portador de gracia, luz y fuerza. En particular, me pidió que acercara a los enfermos y a todos aquellos que de diferentes maneras están prodigando heroicamente por el bien de los demás: médicos, enfermos, autoridades civiles y sanitarias, organismos encargados de hacer cumplir la ley.Un sentimiento de profunda satisfacción lo expresó hacia nuestros sacerdotes, impresionado por el número de muertos y hospitalizados, pero también impresionado positivamente por la creatividad pastoral con la que se inventaron todas las formas posibles de cercanía con las familias, los ancianos y los niños, un signo de la cercanía de Dios, el Papa Francisco ha prometido que nos llevará a su corazón y a sus oraciones diarias.La nota de Avvenire da cuenta de otros nombres, todos ellos sacerdotes con fuertes vínculos con sus comunidades y que servían a los jóvenes, en las cárceles y a los más necesitados.
Sacerdotes de Milán, Piamonte, Lodi, Brescia y de Parma se suman a esta triste lista. Docenas de sacerdotes positivos, algunos en estado grave, una situación que pronto podría obligar a actualizar el número de fallecidos. La mayoría de los sacerdotes eran de edad avanzada, pero también han fallecido algunos más jóvenes, incluso uno de 45 años, el párroco de Caggiano Don Alessandro Brignone
