ACN.- Un ataque terrorista contra el convento de las Misioneras de la Caridad en Adén, ciudad de Yemen, el 4 de marzo de 2016, tuvo como balance 16 muertos, entre ellos 4 religiosas de la congregación, dos de ellas ruandesas, una india y la cuarta keniata.
Además de las hermanas, también fueron asesinados el conductor del vehículo perteneciente al convento y al menos otros dos colaboradores etíopes de la comunidad, junto con varios ancianos residentes de los que se ocupan las religiosas. El sacerdote indio Tom Uzhunnalil, que también residía en el convento, fue secuestrado por el comando armado y sufrió un largo cautiverio hasta ser liberado en septiembre de 2017. El ataque fue atribuido al Daesh (Estado Islámico).
Cuando entras a formar parte de la congregación de las Hermanas Misioneras de la Caridad, además de los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, debes hacer un voto muy especial: servicio libre y de todo corazón a los más pobres de entre los pobres.
En eso mismo se encontraban las hermanas de Adén, en Yemen. Como cada mañana, después de recibir la Eucaristía, las religiosas Misioneras de la Caridad daban el desayuno a los ancianos del asilo que regentaban. A las 8:30, unos hombres encapuchados entraron en la residencia matando primero al guardia de seguridad, al chófer para ir después por 4 de las religiosas, otras 12 personas y secuestrar al Padre Tom, que ya ha sido liberado.
Una de las Misioneras de la Caridad, la superiora del convento, Sister Sally, al oír los disparos y ver a las demás muertas, decidió esconderse en la cámara frigorífica del convento. Los atacantes entraron en esa cámara hasta en 4 ocasiones, pero no la encontraron.
Un milagro hizo que sobreviviera al ataque y hoy puede contar la historia de estas 4 mártires, mujeres que hasta el último momento dieron su vida por amor a los más pobres de la comunidad, “de todo corazón”.
