Pakistán: La ley de blasfemia destruye vidas

ACN.- El padre dominico James Channan desde hace años está comprometido con el diálogo entre cristianos y musulmanes, en un país en que una y otra vez se producen excesos contra la reducidísima minoría de los cristianos, y en que una ley de la blasfemia castiga con penas draconianas la presunta crítica al Islam, no solo en el caso de Asia Bibi. Channan dirige el «Centro de la Paz» en la ciudad paquistaní de Lahore.

Con ocasión de su visita a la Central de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha hablado con Tobias Lehner sobre las repercusiones de las leyes de la blasfemia, así como sobre evoluciones esperanzadoras en el mundo islámico y sobre las expectativas de futuro para Asia Bibi.

Tobias Lehner: La peligrosa situación de numerosos cristianos en Pakistán tiene un rostro para la opinión pública mundial, debido a lo sucedido a Asia Bibi. Después de pasar años en una celda de la muerte, a finales de octubre de 2018 fue absuelta de la acusación de blasfemia y puesta en libertad. ¿Qué sabe sobre la situación actual?

Padre James Channan: La situación de los cristianos en Pakistán es alarmante. Viven en un estado marcado por el miedo y la inseguridad. Esta situación continúa así desde los años setenta, desde que —en Pakistán— la Sharía sirve como fuente para la legislación. Sobre todo, musulmanes radicales instrumentalizan la controvertida ley de la blasfemia para ajustar cuentas particulares. Cuando, en algún lugar, se acusa a un cristiano por una supuesta blasfemia, todos los cristianos de la misma región se ven en la picota. Frecuentemente se producen también excesos contra cristianos.

Precisamente esto es lo que sucedió en el caso de Asia Bibi. Estuvo en una celda de la muerte por presunta blasfemia durante nueve años. Aun después de ser absuelta no está segura. Musulmanes radicales intentan averiguar su paradero para matarla. Por eso se encuentra bajo protección del Estado. Esperamos que el Tribunal Supremo corrobore pronto la sentencia absolutoria y no permita que se recurra más. Entonces esperamos que pueda salir del país y vivir en libertad.

Asia Bibi no es un caso único. ¿Qué sabe sobre lo que sucede con otros cristianos acusados igualmente de blasfemia?

De acuerdo a un informe de la Conferencia Episcopal de Pakistán, hay otros 187 casos de cristianos acusados de blasfemia. Entre estos se encuentra, por ejemplo, el matrimonio formado por Shafqat Masih y Shagufta Bibi. Se encuentran en la celda de la muerte, donde les he visitado. Se les acusa de haber enviado SMS blasfemas. Ellos lo niegan. Sus expectativas son muy malas. Aunque fueran absueltos no podrían vivir ya en Pakistán, ni ellos ni sus hijos. Musulmanes fanáticos intentarían matarlos. La ley de la blasfemia destroza la vida de los acusados aun cuando se libren de ser ejecutados.

Después de la absolución de Asia Bibi vimos imágenes de una muchedumbre encolerizada que sigue pidiendo su ejecución. Ante este trasfondo, ¿tendrán los cristianos en Pakistán la posibilidad de lograr la libertad religiosa?

Se tuvo la impresión de que un grupo de musulmanes militantes pueden paralizar todo el país en cualquier momento; pero el islamismo militante no tiene mayoría en Pakistán. Los islamistas radicales que incitan a los demás a la violencia son entre un 10 y un 15 por ciento. La mayoría de los musulmanes no les sigue, sino que está a favor de la libertad religiosa, también para los cristianos. Para cristianos y musulmanes fue un gran alivio que las fuerzas paquistaníes de seguridad detuvieran últimamente a más de 1.000 islamistas. Actuar con fuerza contra el extremismo fue una actuación correcta del Gobierno. Y espero que siga así.

ACN colabora desde hace muchos años con usted. Desde el punto de vista europeo, las posibilidades de cambiar la situación parecen limitadas. Esta ayuda, ¿supone una diferencia para los cristianos en Pakistán?

El apoyo de ACN contribuye enormemente a que la Iglesia en Pakistán pueda anunciar la fe y continuar el diálogo. Gracias a esas ayudas hemos conseguido tender puentes entre cristianos y musulmanes. Queremos mostrar que las diferentes religiones no deben tener miedo unas de otras. En el Centro de la Paz de Lahore forman parte de nuestro programa numerosos clérigos musulmanes, entre ellos el Gran Imán de la segunda mezquita de Pakistán; son también amigos. Estoy convencido de que en el diálogo entre cristianos y musulmanes radica un buen futuro de paz.

 

 

 

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