ACN.- Papúa Nueva Guinea es el Estado más extenso y poblado de Oceanía. El país tiene uno de los ecosistemas más diversos de la tierra y cuenta con una mirada de culturas diferentes con cerca de 830 lenguas. La mayoría de los cinco millones de habitantes profesan el Cristianismo, y aproximadamente la mitad son católicos. Sin embargo, la fe católica sólo está presente allí desde hace pocas generaciones y, por lo tanto, a menudo aún no está profundamente arraigada.
Para muchos habitantes de Papúa Nueva Guinea, el vertiginoso desarrollo de la sociedad en la era de la información ha supuesto un gran desafío, y el Estado no cumple con sus deberes básicos en muchos ámbitos. Algunas personas han sido incapaces de hacer frente a estos rápidos cambios, y entre las consecuencias a menudo se encuentran el desarraigo social, un alto índice de delincuencia, la drogadicción y el alcoholismo, la violencia doméstica o incluso el abuso infantil. La Iglesia Católica apuesta por la pastoral familiar porque esta es la única manera de mejorar la situación.
También en Wabag el trabajo con las familias es prioritario, aunque las condiciones sean difíciles: la diócesis es pobre y los sacerdotes, además de ejercer su ministerio sacerdotal, tienen que trabajar en el campo para poder sobrevivir. Además, la mayoría de los fieles viven en lugares de difícil acceso en las montañas, las parroquias son gigantescas y tienen numerosas filiales, y los senderos son a menudo difíciles de recorrer. Para llegar al mayor número posible de creyentes, trece comisiones de la diócesis organizan en las parroquias iniciativas pastorales y sociales que abarcan casi todos los ámbitos de la vida. Además, forman a los fieles para que puedan proseguir con lo aprendido de forma independiente en el futuro. Aquí, la profundización de la fe y la mejora de las condiciones de vida concretas van de la mano. ACN ha aprobado su apoyo a este extenso programa pastoral para tres años, y también este año lo subvenciona con 30.000 euros .
Referencia: 512-08-49