ACN.- En la diócesis de Cancún-Chetumal, México, los fieles enfrentan una gran escasez de sacerdotes. Cada sacerdote atiende a más de 9,000 creyentes en una vasta región, mayoritariamente indígena y pobre, donde el Evangelio aún no ha sido anunciado en muchos lugares.
Diego, un joven misionero laico de 21años, ha visto de primera mano el anhelo de la gente por la llegada de un sacerdote. Sintiendo el llamado de Dios, decidió responder a esta necesidad.
Su compañero Erik encontró su vocación en un grupo juvenil católico. Cuando confesó a su madre que quería ser sacerdote, ella le contestó: “¡Estás loco!”, así que Erik eligió otro camino. Pero, pese a encontrar un buen trabajo tras sus estudios, la llamada de Dios no lo dejaba en paz. En 2018, lo dejó todo e ingresó en el seminario mayor.
Juan de 20 años, quien ya quería ser sacerdote a los 13 años, es feliz en el seminario: “Aquí he conocido la belleza de la comunidad, la oración y el estudio. Tengo gran esperanza en que ustedes sigan apoyándonos para que de nuestro seminario salgan sacerdotes buenos y santos”.
Aunque algunos digan que es una locura hacerse sacerdote, Erik, Juan, Diego y otros 24 futuros sacerdote en la diócesis de Cancún Chetumal, confían en el llamado de Dios con fe y esperanza de servir a su pueblo. La mayoría de ellos son pobres y no pueden permitirse pagar su propia formación. Sin embargo, más tarde pagarán todo lo que el Señor les ha dado y harán milagros en Su Nombre.
Una de las tareas más hermosas y fundamentales de Ayuda a la Iglesia Necesitada, es promover la formación de los futuros sacerdotes. Gracias a tus oraciones y a tu generosidad, podemos cumplir esta misión y ayudar a uno de cada ocho futuros sacerdotes en todo el mundo a realizar su vocación.
La Iglesia necesita trabajadores bien formados y entusiastas en la viña del Señor. Ellos necesitan de tu apoyo. No los dejemos solos. Ayúdalos aquí:
https://acn-mexico.org/seminaristas-formacion
