ACN.- En los primeros meses de la pandemia, todo parecía indicar que África saldría relativamente bien parada de ella. Sin embargo, la segunda ola está golpeando la parte sur del continente con mucha más fuerza, ya que allí se está propagando la mutación sudafricana.
También Zambia se está viendo afectada por ello. Allí, el virus se viene propagando rápidamente desde diciembre de 2020, y el país no está preparado para hacerle frente. Los hospitales están escasamente equipados, hay poco material de protección, poca capacidad para realizar tests y poca oferta de tratamientos. Por lo general, solo se les hace el test a los pacientes con síntomas graves, por lo que no se identifican a las demás personas infectadas, lo cual permite que el virus se propague sin obstáculos. Además, apenas hay vacunas.
La Conferencia Episcopal de Zambia ha hecho sonar la alarma, porque también entre los sacerdotes y religiosos se registran muertes y cuadros clínicos graves. Así, en enero murió de Covid-19 el Obispo de Monze, Mons. Moses Hamungole, a los 53 años. Los sacerdotes y religiosos están expuestos a un alto riesgo de infección porque no pueden aislarse, al estar en estrecho contacto con los creyentes que atienden. Además, las religiosas trabajan a menudo como enfermeras. Lo que resulta particularmente preocupante es que los casos de contagio entre los sacerdotes no solo se hayan dado en centros urbanos densamente poblados, sino también en zonas rurales más aisladas. Nadie había contado con eso. Varias parroquias tuvieron que cerrar temporalmente porque todos los sacerdotes estaban infectados.
Por ello, es necesario equipar a sacerdotes y religiosos con material protector, y para ello se precisan con urgencia mascarillas, viseras faciales, desinfectantes y ropa protectora. Por desgracia, este material es muy caro y los problemas económicos que acarrea la pandemia también afectan a la Iglesia: la restricción de las Misas y el cierre de las escuelas ocasionan una reducción de ingresos que, sin embargo, son vitales para las parroquias. Por esta razón, los Obispos de Zambia han pedido ayuda a ACN para poder comprar material de protección para los sacerdotes y religiosos de las diócesis más afectadas por la pandemia. A nosotros nos gustaría ayudar rápidamente, ya que es de temer que la temporada fría, que en Zambia comienza en abril, traiga un nuevo aumento del número de infecciones.
Hasta el momento, hemos apoyado a un total de 1.486 sacerdotes y religiosas de diez diócesis zambianas con un total de 67.400 euros, destinados a la adquisición de material de protección contra el coronavirus.
Además, hemos prometido a 538 sacerdotes y religiosos de las diócesis de Chipata, Kabwe y Kasama un total de 24.600 euros para que estén protegidos ante el virus durante su servicio y también para que protejan a otros de la infección.
Referencia: 159-08-59