ACN.– Mi nombre es Osman Jassiel Ruiz Solís, tengo veinticuatro años, soy de la Parroquia Ntra. Sra. De Guadalupe en Tola, Rivas. Mi historia vocacional empieza de muy pequeño. En mis años de infancia la capilla de mi comarca estaba en construcción y junto con el trabajo y esfuerzo de todas las personas del lugar en la construcción del pequeño templo, se construía también una vocación en mí.
En aquellos años el sacerdote solo llegaba una vez por mes a celebrar la santa Misa, y verlo revestido y predicando, siempre causaba en mí curiosidad. Durante los años de adolescencia y juventud, mientras cursaba mi secundaria, tuve la experiencia del noviazgo, aunque tenía la idea de ser sacerdote. Hablé con mi párroco y tomé el valor para comunicarlo a mi familia. Así llegué al Seminario Menor San Vicente de Paúl, aún con muchas dudas e incertidumbres y preguntándome, si había valido la pena haber dejado todo.
Un desafío que se presenta durante la formación es la dificultad económica. Actualmente con las crisis sociales, políticas y la pandemia, la economía familiar, de quien depende el apoyo económico en la formación, se ve afectada.
Oremos: Por los seminaristas en Honduras, quienes han tenido que ejercer su vocación de una manera distinta, pero siempre con entusiasmo.