Burundi: Religiosas catequistas trabajan con jóvenes que han vivido la guerra civil

ACN.- Burundi, un país del África Oriental, es uno de los más pobres y subdesarrollados del mundo, y en su historia reciente ha sido repetidamente escenario de crisis de Estado, masacres, disturbios y conflictos sangrientos. Cientos de miles de personas han muerto o han huido de sus hogares. Especialmente la guerra civil entre 1993 y 2005 ha dejado profundas heridas, tanto en la sociedad en general como en los individuos.

Las Hermanas de María están presentes en Burundi desde 1962. Al principio se dedicaban sobre todo al cuidado de los enfermos y los pobres, pero luego se implicaron cada vez más en la pastoral familiar, juvenil y de la mujer, porque la necesidad de ayuda a las familias y acompañamiento a los jóvenes iba en aumento, y también porque urgía impulsar la catequesis y la profundización de la fe. Y es que, aunque allí la Iglesia sea joven y dinámica, a menudo se mezclan todavía elementos paganos en la práctica de la fe, por lo que los fieles necesitan ayuda e instrucción en su camino de fe.

Entretanto, varios centenares de grupos para niños, jóvenes, madres, mujeres solteras, licenciadas y estudiantes se han reunido bajo la dirección de las hermanas, cuyos miembros quieren crecer en la fe y sacar de ello la fuerza y la inspiración para una vida plena.

Desde hace tres años, tres religiosas nativas trabajan en la Diócesis de Muyinga, en el norte del país, en una zona que es aún más pobre que el sur. No obstante, las religiosas no se desaniman, sino que se arremangan y ponen manos a la obra. Por el momento, se han instalado en un apartamento muy pequeño e inadecuado del que pronto tendrán que mudarse porque que el propietario tiene otros planes para él.

Sin embargo, no necesitan en primera línea un piso para ellas, sino también espacios adecuados para el trabajo con los grupos. Sin un lugar para los encuentros y eventos, el trabajo no funciona.

Por ello, las Hermanas han decidido erigir un centro pastoral en el que puedan tener lugar las reuniones de los grupos, las jornadas de retiro, los talleres y demás actividades. Además, está previsto que el centro disponga de un jardín para que los participantes puedan refugiarse en el silencio o para que el trabajo en grupo pueda realizarse también al aire libre. A nosotros nos gustaría apoyar este proyecto.

Referencia: 112- 05-19

 

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