ACN.- La reapertura de la catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Jolo en Filipinas, destruida por la explosión de bomba hace apenas seis meses, ha sido “un testimonio de fe y resistencia de la Iglesia local a pesar de la constante amenaza del extremismo islámico en la isla”. Así lo ha descrito Jonathan Luciano, director nacional en Filipinas de la fundación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada, que ha estado acompañando a la comunidad cristiana local durante la misa de re-dedicación de la catedral.
Luciano dijo: «La seguridad era muy estricta: la policía y los soldados bloquearon una manzana entera. Sin embargo, la catedral estaba repleta. A la ceremonia asistieron cientos de personas. Fue emocionante ver allí a las familias de las víctimas y los sobrevivientes de las explosiones”. El grupo militante Abu Sayyaf se responsabilizó la autoría del ataque con bomba en la catedral durante la misa dominical del pasado 27 de enero, con más de 100 heridos y 20 muertos.
Algo más de seis meses después, el 16 de Julio, festividad de la Virgen del Carmen a quien está dedicada la Catedral ha tenido lugar la re-inauguración. La celebración estuvo a cargo del arzobispo Gabrielle Caccia, nuncio apostólico en Filipinas, y contó también con la presencia del cardenal Orlando Quevedo, arzobispo emérito de Cotabato, otra diócesis del país que cuenta así mismo con una gran población musulmana.
Jonathan Luciano destacó la importancia de un diálogo continuo entre cristianos y musulmanes para que la vida se normalice: «El Cardenal Orlando describió cuán inspiradoras eran las personas de Jolo debido a su fe y su valentía a pesar de la constante persecución. En la ceremonia, también estuvo el gobernador musulmán de Jolo que habló de la cooperación entre cristianos y musulmanes. Con la reconstrucción y esta nueva consagración, el diálogo puede reiniciarse”.
Al final de la misa, el arzobispo Caccia aseguró a la gente que la Iglesia de Cristo y la comunidad cristiana de todo el mundo los apoya. El director de ACN en Filipinas recalcó: “No nos olvidamos de ellos. Esto no solo se manifiesta con ayuda financiera, sino a través de la solidaridad de la oración en todo el mundo».
Hablando sobre el apoyo de ACN después de los ataques, Luciano explicó: «ACN fue la primera organización en visitar la comunidad local, tan solo dos semanas después del atentado. Prometimos ayudar apoyar en la recuperación».
Según Luciano, ACN también ha apoyado el programa de ‘Church’s Duyog Marawi’ que nacieron tras el asedio en esta ciudad vecina por terroristas islámicos en 2017. El programa ayuda a la rehabilitación de las víctimas sobrevivientes y sus familias así como otras iniciativas interreligiosas: “Marawi es la respuesta correcta a esta crisis: primero reconstruir la comunidad cristiana y luego reconstruir los edificios. Por eso cuando vinimos después del atentado, le sugerí a Fray Rey Barnido, director ejecutivo de Duyog Marawi, que pensara cómo ayudar en Jolo y ahora un equipo de Duyog Marawi colabora con el Vicariato apostólico en Jolo», explica Luciano.
Según el director de ACN la amenaza violenta por parte de un pequeño número de musulmanes radicales hará que la situación en la zona empeore si Iglesia no puede actuar: «Este es un mensaje para nuestros amigos y benefactores. Me gustaría que lo que ocurrió en Jolo despierte su interés en ayudar a los cristianos en Filipinas. Tenemos que reforzar la relación entre cristianos y musulmanes para poder vivir juntos en armonía».