ACN.- A raíz de los secuestros del domingo de sacerdotes y religiosas, existe un gran temor entre el clero católico a convertirse ellos mismos en víctimas. Así se lo comunicó el lunes (12.04) el obispo católico de Hinche, Mons. Jean Désinord, a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). “Nos preguntamos: ¿quién será el siguiente? Yo o un hermano. Los sacerdotes y los religiosos corren realmente peligro de desarrollar una psicosis. Vivimos con un miedo constante”, dijo el Obispo, quien precisó que, de momento, ni él ni los demás obispos se han visto amenazados de forma concreta, pero que los casos de clérigos y religiosos secuestrados han aumentado recientemente. “El año pasado fueron secuestrados un sacerdote y una religiosa. Afortunadamente, ambos fueron liberados”, señaló el obispo. “Desgraciadamente, no hay una solución rápida al problema de los secuestros. La Iglesia solo puede apelar a los líderes políticos para que garanticen la ley y el orden”.
Lo más probable, dijo, es que los secuestros actuales se enmarquen en el bandolerismo generalizado en Haití. “Es fácil hacer dinero con secuestros”, explicó el obispo, pero tampoco descartó que los secuestros tuvieran un trasfondo político además de una motivación delictiva. Así, señaló que la Iglesia podría estar en el punto de mira de algunos políticos por sus críticas a las condiciones del país: “La Iglesia haitiana tiene una misión profética, y debe denunciar la terrible situación. Por lo tanto, es posible que sea una espina para algunos políticos, pero no se puede saber a ciencia cierta”, dijo el obispo. “Todo el mundo sabe, sin embargo, que nuestros políticos se sirven de las bandas criminales para controlar determinadas zonas, y que los límites entre el crimen organizado y la política son difusas”.
El prelado se mostró, por otra parte, agradecido por el llamamiento del Papa Francisco el Domingo de Pascua, cuando hizo mención a la situación de inseguridad en la isla y expresó su cercanía al pueblo haitiano. “Eso nos ha conmovido profundamente”, aseguró Mons. Désinord. “Nos sorprendió sinceramente que el Santo Padre nos dedicara tanto tiempo durante su bendición Urbi et Orbi y que mencionara a Haití con tanto detalle. Nos anima saber que el Papa está tan cerca de nuestro pueblo”. Mons. Désinord espera que este llamamiento llegue a oídos de los dirigentes políticos haitianos. “En cualquier caso, no pueden ignorar unas palabras que ha escuchado el mundo entero”, dijo el obispo.
Mons. Désinord también hizo un llamamiento a los benefactores de ACN para que sigan acompañando al pueblo de Haití. “Les damos las gracias por su cercanía y generosidad. ACN permanece firmemente a nuestro lado en estos difíciles momentos. Por favor, sigan su trabajo, y sigan haciéndonos partícipes así de su solidaridad cristiana”. También pidió oración por los obispos de Haití que reunidos en los próximos días en la capital Puerto Príncipe.
El domingo, cinco sacerdotes, dos religiosas y tres familiares de un sacerdote fueron secuestrados en la localidad de Croix-des-Bouquets, cerca de la capital de Puerto Príncipe. En Haití, el país más pobre del continente americano, la situación de la seguridad se ha ido deteriorando en los últimos años, y la delincuencia de las bandas y los secuestros están a la orden del día. A ello cabe añadir las graves tensiones políticas entre el Gobierno y la oposición, a raíz de las cuales, en febrero, los obispos católicos del país advirtieron del peligro de una “explosión social”.
ACN lleva años apoyando a la Iglesia necesitada de Haití en su misión pastoral y humanitaria. Tan solo en 2020, ACN financió más de 30 proyectos. Los benefactores de ACN hicieron así posible la compra y el mantenimiento de medios de transporte, la ayuda de emergencia por la COVID-19 a través de estipendios de Misa para los sacerdotes y los programas de formación para laicos, catequistas y futuros sacerdotes.