ACN.- Ante un ataque sin precedentes en África, por parte de extremistas islámicos, ACN apoya a las víctimas del fanatismo.
«África vivió un vía crucis estremecedor en 2020 y se ha convertido en el “continente de los mártires”. La violencia, los desplazamientos forzosos y los asesinatos de cristianos han aumentado drásticamente. Espero que con nuestra ayuda se alivie el sufrimiento de la gente y experimenten un poco de esperanza pascual», dice Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de ACN.
En numerosos países africanos, los cristianos se han convertido en los últimos años en el objetivo de los extremistas islamistas. En ningún lugar han sido asesinados tantos sacerdotes, religiosos y trabajadores de la Iglesia en los últimos tres años. «La Iglesia católica en África se encuentra a menudo entre las víctimas, pero sobre todo es una importante fuerza de apoyo, reconciliación y curación para todos los que sufren la violencia. Por lo tanto, ACN considera que su tarea urgente es apoyar a la Iglesia del “continente de los mártires” aún más que hasta ahora», ha declarado Heine-Geldern.
La campaña de ACN «Curar las heridas del extremismo religioso en África» apoya varias acciones concretas. Una de las prioridades de la misión de la Iglesia en África es construir un diálogo interreligioso que permita la comprensión mutua y la fraternidad. En Malí, de mayoría musulmana, por ejemplo, ACN está ayudando al Instituto de Formación Islamo-Cristiana de la capital, Bamako, a construir un edificio en los terrenos de la universidad. Esto permitirá que más estudiantes asistan a cursos interconfesionales.
La verdadera paz, sin embargo, solo es posible cuando se cura el trauma de los profundamente heridos por el terror islamista. Para reconstruir a las personas, ACN apoya varios proyectos de formación espiritual y psicológica. En la diócesis de Maiduguri (Nigeria), el régimen terrorista de Boko Haram dejó dos mil viudas traumatizadas y varios miles de huérfanos, ACN patrocina allí un centro para formar a terapeutas de trauma para la población marcada por el sufrimiento.
Los sacerdotes y las religiosas también necesitan ayuda para vivir su vocación en esas peligrosas condiciones. Por ello, ACN fomenta ejercicios espirituales y cursos de formación. En Burkina Faso, donde durante los últimos años decenas de miles de cristianos tuvieron que huir de los islamistas y muchos cristianos han sido asesinados, pero también en Camerún, Nigeria y la República Centroafricana, ACN hace posible la celebración periódica de seminarios para el fortalecimiento espiritual de los sacerdotes o religiosos.
Además, ACN también les apoya en su subsistencia mediante estipendios de misas, así como medios de transporte y comunicación. De este modo, se garantiza que las religiosas y los pastores puedan prestar un apoyo duradero a las víctimas. En la diócesis de Pemba, en el norte de Mozambique, por ejemplo, 26 religiosas reciben esta ayuda. Trabajan en una zona especialmente castigada por las milicias yihadistas que simpatizan con el EI, donde más de 750.000 personas han tenido que huir ya del terror.
Para mantener viva la fe, también es importante ayudar a las comunidades a reconstruir sus iglesias e infraestructuras religiosas que han sufrido el terror islamista. En el Estado predominantemente islámico de Níger, por ejemplo, se está apoyando la reconstrucción de una iglesia parroquial en la ciudad de Zinder, que fue destruida en 2015 como represalia por la publicación de caricaturas de Mahoma en la revista francesa Charlie Hebdo.
El presidente de ACN, Heine-Geldern, se siente alentado por el papa Francisco en el compromiso de ACN con África. «El Domingo de Pascua, el santo padre hizo un llamamiento a la solidaridad activa con África. Reza especialmente por los pueblos de África que ven su futuro amenazado por la violencia interna y por el terrorismo internacional, apostando por un diálogo fraterno en un espíritu de reconciliación. ACN está haciendo todo lo posible para cumplir el mandato del papa para África».