ACN.- Muchos cristianos en el mundo pasan la Navidad con angustia por atentados, o porque sufren gran necesidad. Dar alegría es algo de gran importancia para todos nosotros, especialmente en Navidad. Y poder compartir esa alegría es uno de los grandes retos en estas fechas.
Ayuda a la Iglesia Necesitada te ofrece una campaña especial de Navidad, donde te invitamos a dar un “regalo de fe”. El regalo de fe es exactamente lo que significa la Navidad: dar a Jesucristo el puesto de honor y compartir la alegría de su llegada con todos, ayudar a los pobres y oprimidos también en su nombre.
¿Cómo funciona? Puedes apoyar, en nombre de familiares y amigos, uno de los proyectos de ACN para los cristianos necesitados en todo el mundo. ACN apoya a través de proyectos pastorales y de emergencia a estos cristianos para que su fe florezca. Esto es posible gracias al trabajo de miles de sacerdotes, religiosas y laicos. En esta navidad da “un regalo de fe” y tu generosidad hará posible responder a la necesidad de nuestros hermanos en cristo donde la Iglesia sufre necesidad o es perseguida.
Un “regalo de fe” puede ser el suministro de paquetes navideños para niños en Siria, devastada por la guerra; apoyo para obtener un transporte para las misiones y así llegar a zonas remotas en la Amazonia. También podemos solidarizarnos con nuestros hermanos venezolanos proporcionando ayuda de emergencia; brindar la posibilidad de formación a los sacerdotes mexicanos para que sigan llevando la Alegría del Evangelio a comunidades de extrema pobreza; apoyar a laicos cubanos con material catequético o poniendo nuestro granito de arena para la reconstrucción de iglesia en Irak.
La fe viva de muchos de esos cristianos necesitados o perseguidos es un auténtico regalo para nosotros. Allí, la Navidad no ha perdido su sentido primitivo. Es una fiesta de esperanza: Dios se hace hombre para salvarnos. Tu regalo de fe, permitirá sostener material y espiritualmente a los cristianos.
El padre Thabet Habib, sacerdote diocesano de la llanura de Nínive, al norte de Irak, se muestra muy agradecido por la iniciativa y subraya la importancia de la ayuda para su región: “Cuando terminó la guerra y regresamos a nuestra patria, no teníamos nada. Nuestras casas habían sido destruidas. Gracias a su ayuda y al hecho de que los terroristas no consiguieron destruir nuestra fe, estamos reconstruyendo nuestras iglesias para poder volver lentamente a la normalidad. Para mí, lo más grande es siempre cuando veo aflorar una sonrisa en la cara de los miembros de mi parroquia”.
Nuestros hermanos y hermanas necesitan de tu ayuda hoy más que nunca. Esta Navidad da un “regalo de fe”.
Julieta Appendini
Directora de ACN-México