ACN.- Con profundo dolor y pena, ACN ha recibido la noticia del fallecimiento del obispo John Hsane Hgyi de Pathein, en Myanmar, a causa de la COVID-19, el jueves 22 de julio en su casa de Pathein. Dedicó su vida a cuidar y preocuparse por la gente de su diócesis.
El obispo John Hsane Hgyi nació en 1953 en Myanmar y durante casi 18 años estuvo al frente de la diócesis católica de Pathein, en la región del delta del país. Una gran parte de la región está habitada mayoritariamente por la etnia kayin (karenos blancos). Tiene una población de unos 5,6 millones de habitantes.
Myanmar está sufriendo una tercera oleada de COVID que amenaza a todo el país debido a la variante del virus Delta. Hace unos días, en el Día de los Mártires, el 19 de julio, el cardenal Charles Maung Bo, presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar, declaró: «La COVID está librando una guerra contra nuestra gente con una ferocidad desconocida para nuestro pueblo. Miles de personas están infectadas, cientos están enterradas sin lloros, ni cantos funebres, enterradas apresuradamente en cementerios abarrotados. Día y noche nuestra gente espera oxígeno en calles atestadas».
Según informan los medios de comunicación locales, los hospitales no funcionan correctamente. Las noticias y las fotos muestran a personas que mueren en sus casas y en las ambulancias sin un tratamiento adecuado. La pandemia está fuera de control, sembrando el miedo y la ansiedad entre la población.
Refiriéndose a la difícil situación que vive el país desde el golpe militar de febrero, el cardenal Bo hizo un llamamiento a la reconciliación y la paz para resolver la crisis sanitaria: «Myanmar ha vertido demasiadas lágrimas últimamente. Por favor, detengan todos los conflictos. La única guerra que debemos librar es contra el invisible virus letal , que ha demostrado ser invencible incluso para las superpotencias del mundo. ¿Podemos permitirnos ahora la guerra, los conflictos y los desplazamientos? Es hora de reunir un ejército de voluntarios, armados con botiquines para llegar a nuestro pueblo que tanto sufre.»
Sólo un 8% de los habitantes de Myanmar son cristianos. La gran mayoría de la población pertenece a la fe budista. Durante años, ACN se ha esforzado por apoyar a la Iglesia católica local en el país. Durante la segunda oleada de COVID, a finales de 2020, la organización benéfica proporcionó ayuda de emergencia a sacerdotes, religiosos, catequistas y familias en situación de extrema necesidad.