Proyecto de mes: Un vehículo para una parroquia ubicada en las montañas en Mozambique

ACN.- El párroco P. Fredrick Chinkhoma está feliz con su nuevo vehículo: los bienhechores de Ayuda a la Iglesia Necesitada han donado 20.370 euros para ayudarlo.

La parroquia de San Pablo es una de las más extensas de la Diócesis de Blantyre y se encuentra en la zona fronteriza entre Malaui y Mozambique, en un territorio montañoso. La parroquia abarca más de 32 filiales y 190 pequeñas comunidades de creyentes. La mayoría de los pueblos de las montañas son de difícil acceso, pues los caminos llenos de polvo se convierten en barrizales en la época lluviosa.

El párroco Chinkhoma se puso como objetivo visitar cada pueblo al menos una vez por mes, pero, llegado un momento, su vehículo de 25 años de antigüedad dejó de funcionar. A partir de entonces, el intrépido sacerdote decidió trasladarse a los pueblos de las montañas en motocicleta. Por desgracia, en uno de estos viajes sufrió un accidente en el que se rompió la mano, y el médico le prohibió viajar en moto. De ahí que necesitara urgentemente un vehículo capaz de hacer frente a las malas condiciones de las carreteras para poder llevar a cabo sus tareas como sacerdote.

Gracias a la ayuda de nuestros bienhechores, entretanto ha podido empezar a trabajar con el nuevo vehículo, y los creyentes de su parroquia están muy contentos de que ahora pueda visitarlos más frecuentemente. A todos los que han contribuido a ello, ¡gracias de corazón!

Referencia: 135-01-29

Historia de éxito: Un vehículo para una parroquia ubicada en las montañas

El párroco P. Fredrick Chinkhoma está feliz con su nuevo vehículo: nuestros bienhechores han donado 20.370 euros para ayudarlo.

La parroquia de San Pablo es una de las más extensas de la Diócesis de Blantyre y se encuentra en la zona fronteriza entre Malaui y Mozambique, en un territorio montañoso. La parroquia abarca más de 32 filiales y 190 pequeñas comunidades de creyentes. La mayoría de los pueblos de las montañas son de difícil acceso, pues los caminos llenos de polvo se convierten en barrizales en la época lluviosa.

El párroco Chinkhoma se puso como objetivo visitar cada pueblo al menos una vez por mes, pero, llegado un momento, su vehículo de 25 años de antigüedad dejó de funcionar. A partir de entonces, el intrépido sacerdote decidió trasladarse a los pueblos de las montañas en motocicleta. Por desgracia, en uno de estos viajes sufrió un accidente en el que se rompió la mano, y el médico le prohibió viajar en moto. De ahí que necesitara urgentemente un vehículo capaz de hacer frente a las malas condiciones de las carreteras para poder llevar a cabo sus tareas como sacerdote.

Gracias a la ayuda de nuestros bienhechores, entretanto ha podido empezar a trabajar con el nuevo vehículo, y los creyentes de su parroquia están muy contentos de que ahora pueda visitarlos más frecuentemente. A todos los que han contribuido a ello, ¡gracias de corazón!

 

Referencia: 135-01-29

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