ACN.- Este año se cumplen 15 años de la V Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), celebrada en Aparecida (Brasil), del 13 al 31 de mayo de 2007. La conferencia dio lugar al documento de Aparecida, texto que ha sido fundamental para la Iglesia en América Latina. El relator general del documento de Aparecida fue el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, muchos de los aspectos cruciales de su pontificado actual, como la conversión pastoral, la Iglesia en salida y la misión de los laicos, nacen de este documento. Rafael D’Aqui, director de la sección de América Latina de ACN, habla de algunos retos que según su trabajo se presentan para la Iglesia en el “continente de la fe” y la labor de la fundación. Entrevista realizada por María Lozano.
El continente americano vive en estos momentos situaciones de inestabilidad social, en muchos países generan división en el país y violencia en las calles. ¿Ven ustedes con preocupación esta realidad?
Efectivamente, en muchos de ellos se está dando un giro agresivo que pretende silenciar la voz de la Iglesia, especialmente en temas pro-familia y vida. Hemos escuchado a bastantes de nuestros socios de proyectos que en muchos países se está dando una polarización de la sociedad, cada vez hay grupos más amplios que se definen por posiciones extremistas y esto va a ser un problema a nivel de sociedad y cohesión en muchos países. Sin embargo, no debemos olvidar que América Latina sigue siendo “el continente de la esperanza”, como afirmó Pablo VI en 1968 y reafirmó Benedicto XVI en 2007, porque en el subcontinente vive prácticamente la mitad de los católicos del mundo, entre ellos numerosos jóvenes.
Mirando al futuro: uno de los grandes retos de Latinoamérica es el inmenso crecimiento urbano. ¿Cómo quiere la fundación afrontar ese reto? ¿Tiene planes para desarrollar la pastoral misionera en contextos urbanos?
ACN responde siempre a las necesidades que nos transmite la Iglesia local. Por eso, creemos que es muy importante que esta identifique esos grandes centros urbanos y sus periferias existenciales. Nos gustaría fomentar durante los próximos años una pastoral misionera en las periferias de esos grandes centros urbanos y asegurar la presencia eclesial, por ejemplo, mediante la formación de catequistas y agentes pastorales, encuentros formativos o mediante publicaciones. El crecimiento de las ciudades está muy relacionado con la migración. Creemos que es necesario desarrollar en estos lugares una pastoral de acogida. El gran reto es ayudar a la integración de los recién llegados en la urbe sin perder la identidad católica, que muchas veces se pierde en el proceso.
Mucha es la mies, pero pocos los trabajadores, uno de los retos de la Iglesia en Latinoamérica es la falta de vocaciones al sacerdocio para atender a los fieles. ¿Cuál es el apoyo de ACN para apoyar a la Iglesia ante esta dificultad?
Vemos que es muy importante desarrollar la pastoral vocacional sobre todo en las regiones de mucha población católica y pocos sacerdotes. Como fundación estamos dispuestos a apoyar los programas vocacionales de las diócesis más necesitadas. El sacerdote debería estar presente en estos encuentros, sería bueno para tener esa cercanía con los jóvenes, por eso a veces tenemos que proporcionar vehículos para facilitar las visitas a escuelas o parroquias. Además, ACN apoya eventos, campamentos y congresos de discernimiento vocacional.
Pero, además del discernimiento, está también el cuidado de los presbíteros y sacerdotes, pastores al cuidado de su pueblo, que a menudo viven situaciones muy duras, fruto del estilo de vida que llevan por amor a su gente, su entrega o como consecuencia de las crisis económicas y de la pandemia, etc.
Como ha mencionado, estamos viendo un avance agresivo del secularismo en muchos países de Latinoamérica. De manera orquestada se están dando ataques al derecho a la vida del no nacido y a la familia, por ejemplo en Argentina, Chile, Colombia…. ¿Qué puede hacer la Iglesia en estos momentos? ¿Y cómo apoya ACN su rol en este campo?
Creemos que la fundación debe fortalecer la fe de las familias y los jóvenes. Ambos son talones de Aquiles de la sociedad. Necesitamos una pastoral juvenil que forme líderes con fuerte identidad, conscientes de su dignidad, formados también en el ámbito de la afectividad y sexualidad. Es importante contar con laicos jóvenes bien formados, porque el secularismo se difunde en la sociedad muchas veces gracias a la desinformación y la distorsión de la verdad, es necesario educar en bioética y en doctrina social. No solo hay problemas con la secularización agresiva también hay un grave problema de injusticia social y corrupción.
Ha hablado también de la polarización política de la sociedad que está causando mucha división en el continente, incluso en la Iglesia. ¿Cuál sería la respuesta de la fundación para ayudar a la Iglesia en su papel de mediador?
La falta de soluciones, la inseguridad y la vulnerabilidad parecen llevar a las personas a adoptar posiciones extremas. Para eso fomentamos más y más la formación de un liderazgo católico, a partir de la Doctrina Social de la Iglesia. Un camino es promoviendo el uso del Docat, excelente fuente de información para los jóvenes sobre la justicia social ayudándolos al mismo tiempo a practicarlo. Por otra parte, creemos que tanto en el avance del secularismo agresivo como en el tema de la polarización los medios de comunicación juegan un papel básico. Por eso, vemos muy importante fomentar la digitalización de la evangelización y los medios de comunicación católicos, para que llegue a muchos.
¿Cuál ha sido la ayuda concreta de la fundación ACN a Latinoamérica el año 2021?
Durante el año pasado, fueron aceptadas 969 solicitudes en beneficio de más de 800 socios de proyectos en al menos 320 diócesis del continente. Los países donde la ayuda fue mayor fueron: Brasil, Venezuela, Haití y Cuba. No debemos olvidar que América Latina fue uno de los continentes más afectados por la pandemia en 2021. Muchos fieles, agentes de pastoral, obispos, sacerdotes y religiosos murieron a causa de la COVID.
Por otro lado, la reducción en las colectas debido a los confinamientos desafió el sostenimiento de las obras de evangelización y promoción humana en muchos países. En respuesta, ACN tuvo que socorrer con más generosidad a religiosas y sacerdotes en sitios de misión con ayuda de existencia o intenciones de misa. En algunos países como Haití, Cuba, Bolivia y Venezuela la respuesta de ACN se dio con ayuda de emergencia médica, para hacer frente a la crisis sanitaria.