ACN.- Más de 20.000 familias cristianas vivían antes de la guerra en la región de Al-Jazeera, en la frontera con Turquía, al noreste de Siria. Muchos de ellos son descendientes de los que llegaron buscando refugio, huyendo del genocidio armenio en 1915 o de ataques kurdos en la vecina zona iraquí de Duhok en 1933. Hoy en día, aunque es difícil dar cifras porque no se ha realizado un censo, se estiman que han quedado entre 7.000 y 8.000 familias.
Tres obispos tienen todavía su sede en esta zona, que también se conoce como gobernación de Hasaka. Son los representantes de los ortodoxos sirios, los ortodoxos armenios y de los asirios. Unos treinta sacerdotes de estas y otras denominaciones cristianas se ocupan de atender a los cristianos que todavía permanecen en su tierra.
Uno de ellos es monseñor Nidal Thomas, Vicario de la Iglesia caldea en Al-Jazeera. La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que ha ayudado con diferentes programas a los cristianos en la gobernación de Hasaka durante los más de nueve años de conflictos en la región, habla con este sacerdote sirio sobre la situación actual en la región.
¿Está la región de Hasaka, o Al-Hassake como escriben en árabe, afectada por el coronavirus?
Las autoridades locales han impuesto un toque de queda y todo el mundo lo está respetando. La gente se está quedando en casa y solo sale a determinadas horas para hacer la compra. No se ha informado de que haya personas infectadas por el coronavirus.
¿Cómo afecta está la situación a los cristianos actualmente? ¿Cómo es el día a día de los cristianos en la región?
La situación de los cristianos es la misma que la de los demás grupos religiosos de la zona, sean musulmanes o no. Todos se quedan en casa y las tiendas están cerradas. Las condiciones de vida son muy difíciles porque la mayoría de la gente trabaja por cuenta propia. Los cristianos necesitan gastar mucho de lo que ganan en comida, etc., y están atravesando dificultades económicas. El aumento de los precios y la escasez de algunos bienes básicos ha hecho surgir más problemas. El gas, el combustible, el pan y la electricidad están disponibles a precios normales.
¿Pueden llevar a sus hijos a la escuela?
Ahora, con el coronavirus, todas las escuelas están cerradas. Las escuelas privadas confesionales cristianas están dando facilidades para pagar la matrícula anual, pero otras han incrementado sin piedad la matrícula. Las clases particulares para los alumnos de 9º y 12º grado son algo común y los maestros están aprovechándose de la situación y han subido los precios de cada materia impartida a un millón de libras sirias (casi 1.000 dólares estadounidenses por asignatura).
¿Las escuelas cristianas son solo para alumnos cristianos?
Antes de la crisis del coronavirus, solo funcionaban las escuelas cristianas porque el 90 por ciento de las escuelas públicas están controladas por los kurdos, que las han transformado en bases militares. Las escuelas cristianas aceptan a alumnos kurdos y musulmanes porque el porcentaje de alumnos cristianos es de un 10 por ciento. Incluso la plantilla docente es mixta: kurdos, musulmanes y cristianos.
¿Sigue habiendo ataques?
Todavía hay ataques en Ras-Alain, en los suburbios de Qamishli, Al-Hassaka y Malikiya. Los kurdos, rusos, americanos, turcos, la Hezbolá y las fuerzas de la coalición están acosando a todo el mundo. Los aviones de guerra continúan llenando el cielo, especialmente sobre las prisiones llenas de extremistas musulmanes custodiadas por la milicia kurda. Los ataques no cesan, sólo hemos tenido dos o tres días consecutivos tranquilos por semana desde el brote del coronavirus.
En términos más generales: ¿Cómo son las relaciones con el Gobierno kurdo?
La relación con el Gobierno kurdo es buena, dado que este colabora con las fuerzas armadas cristianas de Sutoro. No hay ninguna amenaza. Al contrario, el Estado se esfuerza por estar al lado de los cristianos y las Iglesias que son respetadas por él y también por los kurdos, con muy pocas excepciones. Sólo se han registrado algunos abusos por parte de soldados beduinos que cooperan con las autoridades.
¿Pueden los cristianos mostrar su presencia y vivir sin miedo?
A los cristianos los quieren en la región, sobre todo porque las organizaciones humanitarias son todas cristianas y porque proporcionan el ochenta por ciento de sus ayudas a los musulmanes. Acudir a la iglesia y tañer las campanas es posible como siempre lo ha sido, eso nunca ha cambiado. Los cristianos gozan de mucho respeto. Nada ha cambiado en el estilo de vida cristiano. No tenemos miedo, pero no sabemos lo que nos depara el futuro.
¿Regresan los cristianos a esta región de Siria? ¿Quieren los cristianos quedarse aquí en sus pueblos?
No. Casi todas las aldeas cristianas están vacías, excepto una con residentes asirios. Muchas familias han abandonado el país y sus parientes también quieren irse y unirse a ellas. Algunos agricultores sirios vienen brevemente de Europa para plantar sus cultivos o cosechar pero luego se regresan.