En Siria, una vez más, los cristianos en el ojo del huracán

ACN.- La orden del Presidente Trump de retirar las tropas estadounidenses del noreste de Siria dio luz verde a la invasión de la región por parte de Turquía. Con este cambio en la política de EE. UU., Turquía ha tenido la oportunidad de remodelar sus fronteras y comenzar a llevar a cabo una estrategia multifacética. A medida que se desarrolla la crisis, una cosa está clara: los cristianos y otras minorías vuelven a estar en el ojo del huracán, con oleadas masivas de refugiados de la misma magnitud que los alcanzados en el verano de 2014 después de la invasión de la llanura de Nínive, por ISIS.

La Iglesia local aseguró a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que de acuerdo con el gobierno del Kurdistán iraquí al menos 130 mil personas han abandonado sus hogares en zonas sirias afectadas por el conflicto con Ankara. Se estima que más de 250 mil personas que huyen pueden refugiarse en la capital de la ciudad del Kurdistán iraquí de Erbil y Dohuk.

La Iglesia en Kurdistán está preparada para dar cabida a los refugiados que pudieran llegar, pero prevé una afluencia de proporciones mayores mucho más allá de su capacidad. «Es una situación dramática – dijo a ACN el arzobispo caldeo de Erbil, monseñor Bashar Warda- Si no somos capaces de dar cabida a los cristianos que huyen de la Siria noreste, existe el riesgo de que se vean obligados a abandonar para siempre Oriente Medio «.

Sin la ayuda de las naciones occidentales será imposible manejar un escenario que promete ser el mismo o quizá peor que el del 2014, cuando en una noche arribaron al Kurdistán 125 mil cristianos huyendo del Estado Islámico. «No podemos hacerlo solos – dice Mons. Warda apelando a los gobiernos occidentales – y si no ayudamos a los cristianos sirios forzados a abandonar sus hogares es probable que ISIS esta vez tenga éxito en su intento de erradicar por completo el cristianismo de Oriente Medio.»

ACN está en contacto permanente con los representantes de la Iglesia en las zonas kurdas de Siria, Irak y Turquía. Sigue de cerca estos momentos de gran tensión. Cualquiera que sea el futuro mantendremos nuestro apoyo a los refugiados cristianos y a las Iglesias locales.  No podemos permitir que Oriente Medio dejé de tener presencia cristiana.

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