Sri Lanka: “Los fundamentalistas ven una amenaza en el cristianismo”

ACN.- Mons. Noel Emmanuel, Obispo de la Diócesis de Trincomalee en Sri Lanka oriental, ha visitado a sede internacional de la fundación pontificia ‘Ayuda a la Iglesia que Sufre’ (ACN) en Alemania. En mayo de 2009 se declaró oficialmente el fin de una guerra civil de 25 años de duración. Los insurgentes separatistas tamiles, en su mayoría hinduistas, fueron derrotados por el Gobierno de la isla, que representa a la mayoría cingalesa y budista. Los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LTTE, por sus siglas en inglés) exigían una mayor autonomía política en las provincias orientales y septentrionales, que es donde se concentra la población tamil. En una conversación con Esther Gaitán-Fuertes, Mons. Emmanuel deplora la falta de interés del Gobierno de ese país a la hora de promover la reconciliación tras décadas de conflicto. Además, también se ha mostrado preocupado por la hostilidad de los fundamentalistas hacia los cristianos y las demás minorías.

ACN: ¿Cuál es actualmente la situación del pueblo de Sri Lanka? 
Mons. Noel Emmanuel: Sri Lanka está luchando en el ámbito económico, nuestra principal fuente de ingresos es el turismo y tenemos una alta tasa de desempleo, sobre todo, entre los jóvenes. Los licenciados universitarios protestan debido a la falta de perspectivas laborales. En el pasado, Sri Lanka solía tener un alto índice de emigración, pero este ahora ha disminuido. Una de las razones es que los emigrantes esrilanqueses tuvieron duras experiencias laborales en el extranjero, sobre todo las mujeres, y otra razón es que los niños dejados atrás por sus padres –especialmente, cuando también emigraba la madre– eran objeto de acoso e incluso abusos.

ACN: Su diócesis se encuentra en la parte oriental del país, donde la mayoría es tamil. ¿Cómo es la situación allí? 
Mons: En la región oriental hay mucho desempleo y todavía está sin resolver el problema de los desplazados. Cuando finalizó el conflicto, no les restituyeron las tierras confiscadas a sus antiguos propietarios, y ahora los militares se niegan a hacerlo porque las están explotando con hoteles, restaurantes, etc. que han construido en ellas. No obstante, el nuevo presidente ha logrado llevar a cabo importantes reasentamientos de población incluso contra la voluntad de los militares.

La parte oriental de Sri Lanka se compone de tres distritos que solían formar una diócesis, hasta que esta fue dividida en dos en julio de 2012: la Diócesis de Batticaloa engloba ahora los distritos de Batticaloa y Ampara, donde la mayoría de los creyentes son tamiles; y la Diócesis de Trincomalee, donde tenemos tanto tamiles como cingaleses, abarca el distrito del mismo nombre.

ACN: Tras tantos años de guerra civil, ¿ha habido un proceso de reconciliación en Sri Lanka? 
Mons: Lo cierto es que no ha habido un proceso serio de reconciliación tras la guerra porque la parte ganadora no lo ha considerado necesario: habían ganado y tenían el control, y eso era suficiente. Para ellos, Sri Lanka es una nación cingalesa y budista, y no están interesados en la reconciliación con los demás grupos. Tras dejar atrás una guerra tan larga, ya no quieren pasar de nuevo por nada similar. Por tanto, los miembros supervivientes de los LTTE tuvieron que someterse a un programa de rehabilitación, y ahora son objeto de constante vigilancia y tienen que presentarse periódicamente ante las autoridades.

Por otro lado, sigue presente el problema de los desplazados cuyas tierras fueron confiscadas por los militares, y aún hay gente que organiza protestas contra el Gobierno y el Ejército por esta cuestión. Cuando el Gobierno cambió en 2015, empezamos a albergar un poco de esperanza, pero el nuevo presidente no ha podido introducir cambios debido al sistema corrupto.

ACN: En este contexto político, ¿cuál es la posición de la Iglesia?
Mons: La Iglesia mantiene una buena relación con el Gobierno; incluso hay un ministro católico de Asuntos Cristianos con el que nos reunimos de vez en cuando para presentarle nuestras cuestiones. Como en estas reuniones están presentes altos funcionarios, resulta fácil tomar decisiones. El ministro de Asuntos Cristianos se reúne con los Obispos en la Conferencia Episcopal, por lo que existe una buena predisposición.

Por tanto, por un lado hay algunos miembros del Gobierno con una actitud positiva, pero, por otro, tenemos el problema de los fundamentalistas budistas, que consideran que Sri Lanka debería ser una nación exclusivamente budista y que intentan colonizar las zonas mayoritariamente tamiles del norte y el este, a fin de asegurarse de que haya cingaleses en dichas regiones.

ACN: ¿Son estos fundamentalistas budistas especialmente agresivos frente a los cristianos? 
Mons: Los fundamentalistas ven una amenaza en el cristianismo porque tenemos creyentes en ambos grupos étnicos (tamil y cingalés), mientras que los musulmanes e hinduistas son tamiles, y los budistas, cingaleses.

En el norte, estos fundamentalistas están intentando destruir la cultura y la tradición tamiles, y lo hacen introduciendo alcohol, drogas e incluso prostitución para desorientar a la juventud. Los estudiantes del norte solían sacar las mejores notas del país, pero ahora su rendimiento está disminuyendo. Los fundamentalistas incluso reciben apoyo económico del Gobierno, porque no quieren que haya zonas cien por cien tamil-hinduistas tras lo que ocurrió con el movimiento terrorista de los LTTE. Por ello promueven la colonización del norte y del este con musulmanes y cingaleses: para evitar situaciones similares. Incluso ocurre en mi diócesis: el Gobierno presiona a los funcionarios locales para que no cedan tierras a los tamiles, sino a los cingaleses del sur.

ACN: ¿Cuál es la situación actual de la Iglesia en Trincomalee? 
Mons: Tenemos un total de 15 parroquias cuyos creyentes son asistidos por 36 sacerdotes nativos y 10 congregaciones religiosas. Ya no tenemos misioneros. Entre los católicos, los cingaleses son una minoría: tenemos comunidades cingalesas en solo tres parroquias.

A la hora de determinar el destino de los sacerdotes, tenemos que tomar en consideración la comunidad en la que va a servir. Así, en las tres parroquias que acabo de mencionar, el sacerdote debe saber hablar tanto cingalés como tamil. Las Misas son o bien bilingües, o bien en una de las dos lenguas, en función del número de creyentes que asista a cada Misa.

La diócesis tiene problemas financieros, pues hay que renovar Iglesias dañadas, construir de cero iglesia nuevas o erigir nuevas parroquias, y nuestros recursos son muy limitados.

ACN: ¿Y cuáles son los principales retos en su diócesis?
Mons: Nuestro principal reto es la educación. Los católicos son una minoría, pero como los musulmanes y los tamiles hinduistas están a cargo de Educación, los buenos maestros van a parar a las escuelas musulmanas e hinduistas. Tenemos ocho escuelas públicas católicas con personal religioso. He organizado con todos los directores de escuela católicos un foro en cuyo marco nos organizamos periódicamente para compartir problemas y soluciones como, por ejemplo, clases particulares adicionales para estudiantes cristianos y seminarios para apoyar a las escuelas católicas.

Otro reto, sobre todo en una parroquia remota en la que prevalecen los cingaleses, se debe a dos monjes budistas fundamentalistas. Muchas familias allí son mixtas, católicas y budistas, y estos monjes las invitan a su templo y les compran cosas para intentar convertirlas. A estos monjes los apoyan oficiales del Ejército que también son budistas.

El desarrollo, la rehabilitación y la reconciliación no serán posibles si Sri Lanka no cambia de actitud. No obstante, la Iglesia Católica siempre trabaja en aras de la reconciliación y la paz.

En los últimos años, ACN ha apoyado a la Diócesis de Trincomalee para poner a punto las obras de un centro de catequesis. Mons. Noel Emmanuel ha enviado un mensaje de profunda gratitud a los amigos y benefactores de ACN en nombre de la Iglesia esrilanquesa: “Estamos muy agradecidos por el apoyo y las oraciones de ACN en favor del pueblo esrilanqués durante las décadas de guerra civil”, ha dicho. “Ayuda a la Iglesia Necesitada es un gran sostén para nuestra diócesis […] Rezamos por ustedes que no nos conocen, pero que no dudan en apoyarnos, tanto económicamente como a través de la oración. Gracias y que Dios los bendiga”.

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