Una visión de Siria e Irak del Padre Halemba, responsable de Oriente Próximo de ACN

 

ACN.- Uno de cada tres habitantes cristianos que habían sido expulsados de la llanura de Nínive ha regresado ya: en total, 6.330 familias. La tendencia a volver está especialmente marcada en el norte de Irak. «Sin embargo, las personas que regresan no vuelven a una región segura», dice Andrzej Halemba. Durante su último viaje informativo, el responsable de Oriente Próximo en la Fundación Pontificia Internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada  (ACN) ha podido constatar las tensiones existentes entre Bagdad y Erbil.

Los cristianos siguen sin tener apenas acceso a Mosul. Si bien la Universidad ha vuelto a abrir sus puertas y los estudiantes acuden allí para continuar sus estudios, «los cristianos siguen sin ser bienvenidos en esa ciudad iraquí», según ha podido comprobar Halemba.

Por ejemplo, todavía no es posible limpiar las iglesias. En estas sigue habiendo cadáveres de combatientes del Estado Islámico. «No les dejan salir para ser enterrados dignamente», comenta el experto de Oriente Próximo en ACN. «Las autoridades locales no lo permiten; exigen dinero para hacerlo».

En la ciudad de Bartella, la situación sigue siendo tensa; pero también hay noticias positivas: por primera vez después de los años de la guerra, los cristianos pueden celebrar la Navidad en su propio templo, ya restaurado: la iglesia siro-ortodoxa de Saint Shmuni.

Los cristianos que han regresado a Telleskuf también se dedican a la reconstrucción. Religiosas se ocupan de mujeres y niños traumatizados. «Todo aquel que colabora en la reconstrucción trae su propio ánimo y su visión de futur»; así resume el Padre Halemba las conversaciones y los encuentros in situ. «Esta es la base para reconstruir las relaciones entre las personas».

De Siria, el experto de Oriente Próximo en la Fundación Pontificia Internacional regresó con expectativas menos halagüeñas: por ejemplo, en Homs se han reconstruido ya unas 2.700 casas, pero solo han vuelto 700 familias. «Esto muestra, por un lado, la gran inseguridad que las personas experimentan. Temen por sus vidas y tienen preocupación por la seguridad de sus hijos; esto impide que muchos regresen a sus lugares de origen». Por otro lado, las casas están insuficientemente acondicionadas por carecer de dinero y de ayuda, según resume Halemba sus impresiones.

Sin embargo, esto no impide que la gente rece por la paz, como subraya la Iglesia local en sus mensajes navideños: «conserven Belén en sus corazones».

ACN apoya en Oriente Próximo la reconstrucción de casas, iglesias y de la labor pastoral. La campaña navideña está dedicada a la acción «Regreso a las raíces».

 

 

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