Camerún: jóvenes van por la educación para la paz

ACN.-  Durante mucho tiempo, Camerún, país centroafricano de casi 26 millones de habitantes, estuvo considerado como relativamente estable en contraste con sus estados vecinos, asolados por la crisis. En 2016, sin embargo, se produjeron marchas de protesta porque la parte anglófona de Camerún se sentía oprimida por la francófona y exigía su independencia. Estas protestas se convirtieron en un conflicto armado, que todavía hoy continúa, entre los separatistas de las provincias anglófonas y el gobierno central.

Cientos de miles de personas han tenido que huir, miles han perdido la vida a causa del conflicto.

Especialmente Los niños y jóvenes sufren la omnipresente violencia. Muchos están traumatizados. Además, los jóvenes carecen de una ocupación razonable y con perspectivas de futuro: la mayoría de las escuelas llevan varios años cerradas, los niños están abandonados a su suerte, algunos jóvenes se han unido a grupos armados, el consumo de drogas y la promiscuidad han aumentado. Además, la falta de escolarización hará que, a largo plazo, haya aún más personas en situación de pobreza que antes.

La diócesis de Mambfe, en el marco de su pastoral juvenil, puso en marcha un programa de educación para la paz de un año de duración, que nuestros benefactores hicieron posible. El objetivo era promover una cultura de no violencia y paz, pues la violencia se está extendiendo a todos los niveles de la sociedad, hasta en el nivel familiar. “No debemos olvidar que no es posible una evangelización eficaz en un entorno marcado por la violencia y los conflictos”, afirma Roland Arrey, especialista en pastoral juvenil. “Las diferencias de opinión pueden ser inevitables, pero la violencia no lo es. Para evitar una espiral incesante de violencia, hay que intentar promover la paz y la tolerancia, no incitar al odio y la desconfianza”.

Durante un año, jóvenes de las 27 parroquias de la diócesis se reunieron una vez al mes, durante un fin de semana, en un programa de formación que incluía asimismo momentos de culto y oración en común. Estos cursos se complementaban con emisiones de radio que también podían escucharse en pueblos lejanos.

“Nuestro programa pone de relieve a Cristo, el Príncipe de la Paz, que quiere llevar la paz a nuestro mundo convulso”, informa el sacerdote Arrey. “Estamos entusiasmados y muy motivados con este proyecto, que beneficiará en particular a los jóvenes, pero también a nuestras comunidades en su conjunto. Estamos agradecidos a ACN y a todos los benefactores”.

 

113-07-49

 

 

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