El Evangelio sobre ruedas en Kenia

ACN.- El párroco Andrew Yakulula de Todonyang en Kenia occidental está feliz, pues, gracias a la ayuda de nuestros benefactores, ha podido comprarse un nuevo vehículo. Por fin ha podido reemplazar su viejo todoterreno, que ya tenía una antigüedad de quince años, y con el que ha prestado ayuda a innumerables personas. Al final, el viejo vehículo estaba más tiempo en el taller que al servicio de las personas que habitan este territorio marcado por la sequía, la pobreza y los conflictos tribales.

18.000 personas viven en el territorio de la parroquia de Nuestra Señora Reina de la Paz, y sin un vehículo en condiciones resulta imposible atenderlas a todas.

Una parte de la población que pertenece a la tribu de los turkana es nómada, a saber, sus miembros van con el ganado a donde hay agua y pastos. En caso de extrema sequía -que no es infrecuente- mueren muchos animales. Estos son el principal capital de estas personas, y con su leche, su carne y su sangre, también su principal fuente de alimentos, pero, entretanto, también han empezado a comer frutos del campo como maíz, mijo o alubias. Cada vez más miembros de los turkana se asientan definitivamente en un lugar y ponen fin a su vida nómada. Entre estos y los miembros de la tribu de los dassanech estallan sangrientos conflictos por las tierras que, una y otra vez, se cobran víctimas mortales. La Iglesia Católica promueve la paz y la reconciliación, e intenta mediar entre las diferentes tribus.

En la Diócesis de Lodwar, la Iglesia, además, intenta encontrar soluciones para todo tipo de necesidades: agua potable, atención a los enfermos, escuelas y ayuda a niños desnutridos… de todo esto se ocupa la Iglesia. Por esta razón, el nuevo todoterreno del párroco también hace las veces de ambulancia, se utiliza para transportar agua y para muchas cosas más. Pero, ante todo, el párroco lleva a Dios a la gente. En Todonyang y en las cuatro filiales de la parroquia, administra los sacramentos y ayuda a la gente a conocer mejor la Buena Nueva de Cristo. De ahí que el vehículo que han donado nuestros benefactores aporte a mucha gente esperanza y ayuda. ¡Que Dios se lo pague a todos los que han contribuido a ello!

Referencia: 130-01-29

 

Entrada anterior
Desaparece periodista sirio
Entrada siguiente
Indonesia en emergencia