ACN.- El pequeño país antillano está viviendo una situación sin precedentes. Con el puesto de presidente vacante desde el asesinato de Jovenel Moïse, en julio del año 2021, y sin una fecha para nuevas elecciones, la lucha por el gobierno de la nación y la falta de liderazgo ha desatado protestas, caos y violencia extrema en las calles, en un país azotado por pobreza y catástrofes naturales.
Es toda una pelea horrible. Y el que más sufre es el pueblo. La ciudad está en las manos de las bandas. La gente pasa hambre. Las escuelas están cerradas. No hay trabajo. Los hospitales están cerrando porque no tienen gasolina y diésel para los generadores de corriente. Es imposible vivir en estas condiciones.
Sor Marcela es una misionera que llegó a Haití en 2006 y asegura que lo más doloroso es la indiferencia del mundo que no sabe lo que está pasando y lo que está sufriendo el país.
En Haití, la Iglesia también está siendo atacada, el 25 de junio de 2022 asesinaron a sor Luisa del Orto, religiosa italiana que llevaba 20 años en ese país: “No se sabe todavía por qué la mataron. Inicialmente hablaron de que era un robo, pero estoy convencida que alguien pagó para matarla en la calle. Es de verdad un horror”, explica la misionera con voz pausada y serena, a pesar del drama que describe.
Dos semanas después atacaron la catedral en la capital haitiana. Incendiaron la catedral e intentaron matar a los bomberos que llegaban para apagar las llamas. Después con un camión, intentaron destruir los muros de la catedral.
Pero los ataques y asaltos a edificios y organizaciones religiosos se han dado no sólo en la capital, Port-au-Prince, sino también en otros puntos del país. En Port-de-Paix o Les Cayes, y en otras ciudades del país, atacaron los edificios de la Cáritas llevándose todo lo que había, todas las ayudas humanitarias que llegan y destruyendo las oficinas de sus empleados.
Desde agosto Sor Marcela se encuentra en Italia, donde estaba de visita cuando se recrudecieron los ataques. La situación le impide regresar a Haití y eso la llena de dolor: “Me pidieron que no volviera que era mejor esperar un poco. Entre otras cosas porque hace dos meses que mataron a sor Luisa. No quieren otra hermana mártir en este país. Así me he quedado a la espera. Es muy difícil para un misionero estar fuera de su país. Eso es muy duro”.
En estos momentos difíciles, no podemos dejar abandonado al pueblo de Haití y a su Iglesia que lucha por su gente. Ayuda a la Iglesia Necesitada ACN se une en oración y sigue enviando ayuda de emergencia, al pueblo que sufre en Haití. Visita: https://acn-mexico.org/ayudemosahaiti-m