Liberado sacerdote nigeriano raptado el 1 de septiembre

ACN.- Cinco días alcanzó a estar secuestrado el padre Christopher Ogaga párroco de la Emmanuel Catholic Church de Oviri-Okpe. Está tranquilo y se recupera del desgarro vivido.Ha sido liberado el padre Christopher Ogaga, párroco de la Emmanuel Catholic Church de Oviri-Okpe, en el estado del Delta, secuestrado el sábado 1 de septiembre por la tarde cuando viajaba de Okpe a Warri, en el sur de Nigeria, donde el domingo por la mañana tenía previsto celebrar la misa en la Iglesia Madre del Redentor.

El padre Ogaga también es párroco de la Iglesia de San Lucas y de la de San Judas, ambas en la zona de Okpe. El secuestro tuvo lugar en el mismo distrito donde, el domingo 2 por la tarde, se derrumbó una iglesia resultando muerta una persona y dejando a varios heridos. Fue la parroquia de San Pablo, en Okpe y la víctima es un niño de 11 años. Desde hace años los sacerdotes y religiosos son víctimas de secuestros por parte de bandas criminales en Nigeria, incluso en zonas predominantemente cristianas como las del estado de Delta.

Según el padre Clement Abobo, de la diócesis de Warri, el sacerdote fue liberado ayer, 5 de septiembre, sin que se hubiera pagado el rescate exigido de 15 millones de naira (unos 40 000 dólares).

“Tan pronto como entendieron que nadie pagaría el rescate, lo dejaron en libertad”, declaró el padre Abobo a Ayuda a la Iglesia que Sufre. De acuerdo con el sacerdote, el padre Ogaga se encuentra en buen estado. “Fuimos a verlo al hospital ayer, donde le estaban realizando algunas pruebas médicas. Durante el secuestro, no fue maltratado pero lo mantuvieron todo el tiempo a la intemperie bajo la lluvia, sin comida ni agua. Ahora está bien y feliz de haber sido liberado”.

El Padre Abobo, descartó que la causa del secuestro hubiese sido por motivos religiosos. “Simplemente fue un secuestro con el fin de pedir un rescate, algo que normalmente suele ocurrir en esta zona del país”, puntualizó.

El único temor que sienten es que los secuestradores jamás sean capturados. “El gobierno debería asegurarse de que los secuestradores sean llevados ante la justicia, pero hasta ahora no hace nada, especialmente cuando se libera al rehén”. Si se favorece el clima de impunidad, los secuestros ocurrirán con mayor frecuencia “, finalizó.

En enero, los obispos nigerianos denunciaron “la plaga de secuestros con fines de extorsión que ha alcanzado proporciones inimaginables”. En una declaración escribieron que “día tras día los ciudadanos son secuestrados, humillados y traumatizados por bandas fuertemente armadas. Los secuestradores son despiadados, letales y operan sin escrúpulos. En sus esfuerzos por extraer grandes sumas de dinero, someten a sus víctimas a una violencia indescriptible que dura semanas o incluso meses”. Hace años la Conferencia Episcopal de Nigeria prohibió el pago de rescates por la liberación de sacerdotes y religiosos

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