ACN.-El Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés), publicó el 26 de diciembre de 2019 un vídeo de sus combatientes decapitando a diez rehenes cristianos con los ojos vendados y ejecutando de un tiro a un undécimo el día de Navidad. Los nombres de las víctimas no han sido revelados, pero por otro video anterior se sabe que provenían de los estados nigerianos de Borno y Yobe. El terror sembrado por el ISWAP y Boko Haram ha abierto profundas heridas en los nigerianos y, sobre todo, en los cristianos del país, que sufrieron una nueva conmoción al recibir la noticia de otra decapitación, esta vez de unos novios y sus invitados el 26 de diciembre en Gwoza, en el estado de Borno.
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha hablado sobre estos asesinatos con el P. Panachy Longinus Ogbede, párroco católico de la iglesia de la Visitación de Lagos, Nigeria. A continuación, una reflexión espiritual sobre estos acontecimientos:
“Nunca debemos aceptar la violencia, pues no forma parte de nuestra cultura. Se sabe que, tradicionalmente, a los nigerianos les gusta mucho discutir sobre opiniones. Pero nuestros antepasados nos enseñaron que el ‘ojo por ojo y diente por diente’ deja a todos ciegos y desdentados. Siempre habrá formas mejores y más productivas de reaccionar ante los agravios.
“Sin embargo, mucha gente no lo ve así, y esta gente se beneficiaría de una relación más fuerte con Dios, pues esta conduce a relaciones más positivas con los demás y el ser humano se convierte en sagrado a nuestros ojos. Estamos perdiendo rápidamente nuestro sentido de lo sagrado, así como nuestro sentido de comunidad. El egoísmo y el relativismo se han introducido en todos los ámbitos, hemos olvidado que todavía hay verdades objetivas: No está bien matar a tus hermanos y hermanas, no es correcto comportarse cruelmente. Por ello, imploro a Boko Haram y al ISWAP que reconsideren sus métodos.
“Lo cierto es que los cristianos no pueden abandonar sus tierras. ¿A dónde emigraríamos? ¿Y por cuánto tiempo? Somos extraños dondequiera que vayamos. Solo en las casas de nuestros padres estamos a salvo. Debemos aprender a ser tolerantes y fuertes; debemos resistir y vivir libremente.
“Las Escrituras predijeron tiempos difíciles, pero los malos tiempos no perduran. Las personas fuertes sí lo hacen. La vida está llena de altibajos, que a menudo son el resultado del egoísmo humano. Siempre habrá un Judas entre los discípulos. Siempre habrá un niño que se extravía, que va hacia un lado cuando todos los demás van hacia otro. Y cuando lo hacen, descubren al final que ese camino raramente funciona.
“Cuando las cosas cambian encontramos oportunidades de crecimiento. Para lograr ese crecimiento, debemos aceptar la inestabilidad, la imperfección y la incertidumbre. La vida es un misterio y requiere una formación permanente. Hay luz al final del túnel, pero debemos atravesarlo antes de llegar a ella o incluso de verla.
“Los primeros apóstoles también sufrieron la persecución. Sin embargo, Cristo nunca ha abandonado a su Iglesia. Sin él, todos habríamos desaparecido. La oscuridad puede prosperar, pero nunca triunfar”.