ACN.- En todo el mundo los sacerdotes se enfrentan a numerosos desafíos, pero en Pakistán, su ministerio es particularmente difícil, pues no solo tienen que ocuparse de enormes territorios, sino que también viven en constante tensión: la mayoría de ellos ya han recibido amenazas por teléfono y por carta. El peligro de los extremistas está siempre presente, y también los creyentes están expuestos a numerosas hostilidades y a la discriminación. La mayoría de los cristianos pertenecen al estrato más bajo de la sociedad, son pobres y están indefensos. De los sacerdotes no solo esperan ayuda pastoral y espiritual, sino que estos son su primer y único interlocutor para cualquier tipo de necesidad o problema. Este año se ha sumado a todo ello la pandemia del coronavirus, que dificulta aún más la labor de los sacerdotes.
Sobre todo la Diócesis de Faisalabad se ha visto muy afectada, aunque, entretanto, la situación se ha calmado, afortunadamente. Así que los sacerdotes de la diócesis podrán participar en las jornadas de retiro anuales de noviembre, que sirven para fortalecer y revitalizar su vocación e infundirles fuerza. Además de la oportunidad de una formación continua y de acompañamiento espiritual, el intercambio entre ellos y la convivencia fraternal de los sacerdotes son también un elemento importante. Y no solo los sacerdotes se benefician de estas fuentes de energía, sino también los fieles a los que atienden.
Sin embargo, el viaje, el alojamiento, la comida y el material cuestan dinero. ACN quiere apoyar estas jornadas de retiro contribuyendo para continuar su labor.
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