Proyecto: ayuda a la formación de ocho futuros sacerdotes de la diócesis de Mongu, Zambia

ACN.- Zambia –un Estado sin litoral de África meridional- goza, a diferencia de muchos otros países africanos, de una cierta estabilidad. No obstante, el país afronta numerosos retos, entre ellos, la pobreza, una mala infraestructura y un 12% de incidencia del VIH/sida, que deja huérfanos a muchos niños.

Alrededor de un tercio de la población profesa la fe católica, mientras que algo más de la mitad de la población pertenece a grupos protestantes, y casi un 15% son seguidores de las religiones tradicionales. Hasta ahora, los musulmanes representan a una pequeñísima minoría, aunque en los últimos años se ha venido registrando un aumento y una mayor actividad del Islam. En estos momentos, el gran problema reside en la expansión de sectas que ofrecen mensajes simplistas y que suelen hacer promesas a la gente necesitada: “Si te unes a nosotros, recibirás tu recompensa aquí en la tierra, y cuanto más reces, más rico te volverás”. De esta forma también captan a menudo a creyentes católicos, por lo que la Iglesia zambiana tiene que reforzar la pastoral para que sus fieles no se crean tan fácilmente estas falsas promesas. Para ello se necesitan, ante todo, más sacerdotes.

A diferencia de lo que ocurría en el pasado, cuando la Iglesia en Zambia era gestionada sobre todo por misioneros europeos que también obtenían ayuda de sus países de origen, en la actualidad esta Iglesia se está convirtiendo en una Iglesia local con sus propios sacerdotes nativos. Los jóvenes que siguen la llamada de Dios no pueden esperar una vida cómoda, pues muchos prestan su servicio en lugares remotos carentes de luz y agua corriente, y alejados del resto de sus hermanos sacerdotes.

En estos momentos, ocho jóvenes varones de la Diócesis de Mongu se preparan para el sacerdocio. La diócesis se encuentra en la parte occidental del país y abarca un territorio gigantesco de casi 90.000 kilómetros cuadrados. Sus trece parroquias también son tan extensas como lo son diócesis enteras en otras partes del mundo. Allí necesitan urgentemente sacerdotes, pues donde, debido a las grandes distancias, los creyentes ven pocas veces a un sacerdote, las sectas tienen todas las de ganar. Por desgracia, la Iglesia local es pobre, y una formación sacerdotal cuidadosa y sólida dura mucho y cuesta dinero.

ACN se ha propuesto apoyar este año la formación de los ocho futuros sacerdotes con 8.000 euros.

Referencia: 159-02-79

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