“Sabemos que Leah está viva y rezamos por su liberación”

ACN.- Leah Sharibu es una joven nigeriana que fue capturada por terroristas islamistas el 19 de febrero de 2018. En esta entrevista, concedida a ACN, el pastor Gideon Para-Mallam,  misionero protestante defensor de la paz y la justicia social y presidente de la Para-Mallam Peace Foundation, pide que se rece por su liberación, mientras él y otras personas trabajan “silenciosamente” para intentar devolverla a su familia. La entrevista ha sido realizada por María Lozano.

 ¿Cuáles son las últimas noticias sobre Leah Sharibu?

Leah está retenida injustamente por Boko Haram, pero la buena noticia es que sigue viva. Uno de los cautivos pudo verla hace poco, también la semana pasada recibí noticias procedentes de círculos diplomáticos de que Leah está con vida. Aparte de eso, estoy en contacto con otra fuente familiarizada con el caso que también ha confirmado que está viva. Es muy triste que cuando Nigeria celebró el 61° aniversario de su independencia -el 1 de octubre de 2021- Leah Sharibu continuara en cautividad junto a muchos otros nigerianos inocentes, tanto musulmanes como cristianos.

 ¿Qué están haciendo sus padres y su hermano en pos de su liberación?

Lo principal que están haciendo es rezar, rezar y rezar. En segundo lugar, deben seguir apelando al Gobierno y, en tercer lugar, animar, tanto a escala local como mundial, a seguir trabajando incansablemente para que Leah sea liberada de las garras de Boko Haram. En cuanto al hermano menor de Leah, graduado recientemente en la escuela secundaria, está rezando activamente y esperando ansiosamente el día en que su hermana mayor sea liberada de su cautiverio.

 ¿Es posible que hablar de la situación de Leah reduzca las posibilidades de que sea liberada?

A veces, desde el punto de vista de la seguridad, se ha sugerido eso. Sin embargo, yo, personalmente, no estoy de acuerdo. A veces, hay una tensión ante la disyuntiva de si hablar o no. Tal vez necesitemos un equilibrio. La Biblia dice que cada cosa tiene su tiempo bajo el cielo, que hay un tiempo de callar y un tiempo de hablar (Eclesiastés 3,7). Yo diría que hay que hablar con discernimiento. Por ejemplo, a veces he recibido información sobre Leah y otras personas en cautiverio que no he compartido públicamente, a veces ni siquiera con sus familiares, para proteger a Leah y demás personas cautivas. Hay información clasificada que podría ser perjudicial para la causa si se hiciera pública. Sin embargo, guardar silencio y no decir nada en defensa de Leah y los demás no es buena idea.

¿Qué margen de maniobra tienen las Iglesias cristianas para negociar su liberación?

Esa posibilidad existe. La oportunidad más viable fue a finales de 2018, pero fracasó. Negociar con terroristas es altamente imprevisible. A principios de 2020, se hizo un intento discreto extraoficial, pero la pandemia de COVID-19 ralentizó todo el proceso. Ahora se vuelve a intentar, pero no diré más que eso. Como cristianos, creemos en la oración y confiamos en que Dios puede abrir puertas imposibles. Crucemos los dedos mientras nos aferramos a Dios con fe para que intervenga. Leah y otros serán liberados algún día. Mi oración siempre ha sido: “¡Señor, por favor, hazlo cuanto antes!”.

 Háblenos de Alice Loksha Ngaddah, la enfermera cristiana que trabajó con UNICEF.

Alice Ngaddah es madre de dos niños pequeños. Leah fue secuestrada en su escuela de Dapchi, en el estado de Yobe, el 19 de febrero de 2018, y Alice, una joven enfermera de UNICEF, fue secuestrada el 1 de marzo de 2018 cuando realizaba su labor humanitaria. Solo hay nueve días entre ambos secuestros. Hoy, 2 de octubre de 2021, Leah ha pasado 1.322 días en cautiverio y Alice Ngaddah 1.312. Por la gracia de Dios, nuestra Fundación para la Paz seguirá abogando activamente por Leah Sharibu, Alice Ngaddah y otros.

 ¿Sigue Alice en cautiverio con Leah?

Alice sigue en cautiverio. En un momento dado, ambas estuvieron retenidas en el mismo campamento, en 2019 y a principios de 2020, pero ahora están en campamentos separados, según la información recibida. Animar a sus familiares no ha sido fácil, están traumatizados.

 ¿Podría la reciente muerte del líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, tener un impacto en el futuro de Leah?

Yo diría que no mucho. Leah, junto con las otras 110 alumnas de Dapchi -liberadas más tarde, a excepción de Leah- fueron secuestradas por el ISWAP (Provincia del Estado Islámico en África Occidental). Al ISWAP no le gusta matar ni mantener a los musulmanes en cautividad, por lo que suele liberarlos poco después de que se conozca su identidad como tales. Sin embargo, en algunos casos en los que los cristianos son obligados por Boko Haram a convertirse al islam, las mujeres son retenidas como esclavas sexuales, mientras que los hombres sanos son reclutados en su ejército, adoctrinados, entrenados y enviados a luchar por el establecimiento del califato islámico.

 Usted ha mencionado antes a “otras” víctimas. ¿Podría decirnos sus nombres para dotar a su sufrimiento de una identidad y un rostro?

Sí, son muchas. Para mencionar algunas de ellas: Grace Tukka, Lilian Gyang Daniel, Praise Austin, Grace, Justina, Ruth, Suzannah, Grace, Jummai, Caroline Malakarlia, Grace, Mwanret, Mama Hauwa, Bayo, Joseph, Jamala (una mujer musulmana), Fayina y más recientemente Christiana, secuestrada por Boko Haram el 8 de julio de 2021. Nuestra Fundación para la Paz también está en contacto con varias de estas desgraciadas familias. Puedo afirmar, con total seguridad, que todas están traumatizadas pero que albergan esperanzas.

 ¿Cómo describiría la situación de los cristianos en Nigeria?

La situación de los cristianos en Nigeria podría describirse como “tiempos mortales y horribles”. Los cristianos de Nigeria nunca lo han pasado tan mal. Las matanzas son reales. El efecto de la persecución es especialmente grave en algunas partes del país, sobre todo en el noreste, el oeste y el Cinturón Medio. Pero permítame ser claro, la insurgencia mortal en Nigeria también ha provocado el asesinato de muchos musulmanes a manos de Boko Haram, los pastores fulani y los bandidos. No obstante, que los musulmanes también sean víctimas no oculta el hecho de que los cristianos son actualmente perseguidos en Nigeria.

 

 

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