ACN.- El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, denunció que la brutalidad de la guerra en Siria y la impunidad por los crímenes cometidos allí están “rompiendo nuestro mundo”.
Y no lo dice en vano. Hemos tenido dramáticos testimonios de cómo han recrudecido los bombardeos en Siria y cómo la población de Guta oriental está siendo asediada con mayor intensidad desde enero de este año.
Informes recientes dan cuenta que al menos 15 niños y dos mujeres murieron en un bombardeo este lunes sobre el enclave de Guta Oriental, informó la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Las víctimas se habían escondido en el sótano de una escuela asustadas por la violencia de los bombardeos.
“Tres misiles de un solo ataque aéreo golpearon la escuela, donde las víctimas estaban utilizando el sótano como refugio“, dijo Rami Abdel Rahman, quien dirige el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Al momento de publicarse la noticia los socorristas continuaban buscando sobrevivientes.
Los rebeldes controlaban Guta Oriental desde el 2012, pero el régimen logró retomar más de 80% del bastión rebelde gracias a una ofensiva iniciada hace un mes.
Desde el 18 de febrero, han muerto en Guta Oriental más de 1.400 civiles, denuncia el OSDH.
En Siria un grupo de Ayuda a la Iglesia Necesitada intenta ayudar. Ayer se entrevistaron con Monseñor Antoine Chbeir, obispo maronita de Latakia y Tartus, quien les confidenció: “La situación en Siria sigue siendo crítica. Estamos ayudando directamente a 30.000 personas desplazadas que necesitan alimentos, medicamentos, alojamiento, etc. Sin ayuda de ACN sería imposible sostenerlas. Hoy y cada día rezo por ustedes.”
