ACN.- (Paulo Aido) Al menos 290 muertos y más de 450 heridos es el balance, aún provisional, que arrojan los atentados terroristas de ayer por la mañana contra iglesias y hoteles en Sri Lanka. Para el Obispo de Chilaw, Mons. Devsritha Valence Mendis, resulta difícil comprender la ola de violencia que sacudió al país en el Domingo de Pascua, y el prelado ha hablado incluso de “tragedia” y “violencia pura”.
En declaraciones a la fundación pontificia ACN poco después de los atentados, Mons. Valence Mendis explicó que “todo el país está en estado de shock y sorprendido por este ataque brutal contra personas inocentes”. Y añadió: “Es algo que no se puede comprender o explicar. Es violencia pura. Es una tragedia”.
Tres iglesias fueron el objetivo de los terroristas durante las celebraciones de la mañana del Domingo de Pascua. Las explosiones, al igual que las que se produjeron en algunos hoteles, ocurrieron en un espacio de tiempo relativamente breve, lo que llevó de inmediato a las autoridades a concluir que se trató de un atentado bien coordinado.
Las iglesias afectadas -la de Sion de Batticaloa, la Iglesia de San Antonio de Kochchikade (muy popular en el país y visitada cada año por miles de personas) y la Iglesia de San Sebastián de Negombo- estaban llenas de creyentes que celebraban el Domingo de Resurrección.
Para el Obispo de Chilaw no cabe duda de que los autores de los atentados procuraron alcanzar al mayor número posible de personas. “En las tres iglesias estaban celebrándose las Misas matinales, y todas estaban llenas de fieles”, ha explicado por teléfono el prelado.
La violencia de los ataques ha pillado a todo el país por sorpresa. “Estos ataques han sido totalmente inesperados, pues vivimos tiempos tranquilos, especialmente en los últimos siete, ocho años”, ha dicho Mons. Valence Mendis, añadiendo que “la gente está llorando a sus seres queridos”.
Debido a los atentados, “las Iglesias han suspendido los servicios litúrgicos”, mientras en todo el país reina “un estado de alerta general”. Ahora es necesario atender la seguridad de la población. “Se ha pedido a la gente que se disperse y no se reúna en grupos, a fin de evitar nuevos desastres”.
En sus declaraciones a la fundación pontificia ACN, el Obispo de Chilaw ha calificado el conjunto de atentados ocurridos en Sri Lanka -en total explotaron ocho bombas- de “crimen contra la humanidad”, y ha expresado en este momento tan duro la solidaridad de los cristianos de su país para con todos los que, “en todo el mundo, sufren por causa de la fe”.
Los atentados en Sri Lanka han sido repudiados de inmediato a escala internacional, tanto por los vecinos India y Pakistán, como por los principales líderes europeos, el presidente de Estados Unidos y el Santo Padre.
El Papa Francisco ha afirmado que recibió “con tristeza y dolor la noticia”, y ha manifestado su “afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, alcanzada mientras estaba reunida en la oración, y a todas las víctimas de tan cruel violencia”. También el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha condenado los atentados y ha expresado su esperanza de que los agresores sean “rápidamente llevados ante la justicia”.
En Sri Lanka, un país mayoritariamente budista, el Cristianismo es una religión minoritaria que representa a apenas un 9 por ciento de la población del país. Los católicos representan alrededor del 7 por ciento. Sin embargo, este porcentaje es más elevado en varias regiones como la capital, Colombo, o la zona costera occidental.
A pesar de la tragedia que se ha abatido sobre Sri Lanka, el Obispo de Chilaw ha señaladp ante la fundación pontificia ACN que es preciso “encarar esta situación con fe y coraje”. Una fe y un coraje que tienen que compartir todas las personas, tanto más porque entre los muertos y heridos hay creyentes de diferentes religiones. A los benefactores y amigos de Ayuda a la Iglesia Necesitada Mons. Valence Mendis les da las gracias por la preocupación mostrada y desde la certeza de que rezan por ellos. “Gracias por su preocupación y solidaridad”, ha dicho.