ACN.- Alrededor del 80 por ciento de la población filipina es católica. En el sur del archipiélago de Mindanao, sin embargo, vive un número relativamente grande de musulmanes, y allí, los grupos terroristas islamistas quieren establecer el «Estado Islámico de Mindanao».
En mayo de 2017, varios centenares de combatientes islamistas arrasaron la ciudad de Marawi -que en realidad es un centro de la fe musulmana-, mataron a personas, dañaron gravemente la catedral católica de Santa María y tomaron muchos rehenes, en su mayoría, cristianos. Los terroristas probablemente incluso querían tomar como rehén al Obispo de Marawi, Mons. Edwin de la Peña, pero este no se encontraba en el centro de la ciudad en ese momento. En su lugar, capturaron al Vicario General, Teresito Suganob, y a otros creyentes. Pero los islamistas también tomaron como rehenes a musulmanes, a los que acusaron de colaborar con los cristianos.
Marawi estuvo cinco meses en poder de los yihadistas. La ciudad fue finalmente liberada por una intervención militar del Ejército gubernamental, pero los bombardeos causaron aún más daños. Decenas de miles de habitantes huyeron de la ciudad, y la mayoría de ellos todavía vive en tiendas de campaña o con parientes.
ACN ya proporcionó ayuda de emergencia a los desplazados durante el conflicto, mientras que ahora de lo que se trata sobre todo es de acompañar a las personas traumatizadas. Para este fin, ACN apoya un proyecto diocesano que proporciona asistencia a 200 hombres, mujeres y niños que han estado presos durante meses y que han padecido sufrimientos físicos y mentales. Entre estas personas hay también mujeres y algunas niñas muy jóvenes que han sido víctimas de violaciones. Tanto cristianos como musulmanes son atendidos por igual. Gracias a la ayuda de nuestros benefactores, hemos podido apoyar este proyecto con 15.000 euros.
Otra iniciativa de la Iglesia local es el proyecto Youth for Peace (Jóvenes por la Paz): 184 estudiantes cristianos y musulmanes visitan campos de desplazados en los que siguen viviendo decenas de miles de personas que han huido de la ciudad. Los estudiantes ayudan a los desplazados independientemente de su religión, con el fin de dar testimonio de que la coexistencia pacífica es posible incluso después de los terribles acontecimientos de 2017. Para el Obispo local de Marawi, Mons. Edwin de la Peña, el diálogo y la reconstrucción de la convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes es una prioridad. ACN ha apoyado este proyecto con 60.000 euros.
Referencia: 329-09-59