ACN-AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA-MÉXICO.- (ACI PRENSA) A pocas horas de que la Madre Teresa de Calcuta sea proclamada santa por el Papa Francisco, todo va quedando listo para el que es uno de los acontecimientos del año y, particularmente, del Jubileo de la Misericordia.
Ya se encuentran preparadas las grandes estructuras desde donde las diferentes cadenas de TV transmitirán la ceremonia de canonización y programas especiales, entre ellas ACI Prensa y EWTN. Miles de personas han llegado en los últimos días a Roma para participar del evento.
Son más de 600 los periodistas que se han acreditado solo para este evento y más de 150 canales de televisión que lo transmitirán en vivo.
El pasado jueves 1 de septiembre, el tapiz con la imagen de la Beata Madre Teresa de Calcuta, el cual se descubrirá cuando sea proclamada santa el día de mañana domingo 4 de septiembre, fue colocado en la fachada de la Basílica de San Pedro.
En la mañana del 3 de septiembre, el Papa Francisco presidió la Audiencia Jubilar, con ocasión del Jubileo de los voluntarios y de los trabajadores de la misericordia, que se realiza del 2 al 4 de este mes.
Antes de la llegada del Pontífice, las miles de personas que acudieron pudieron disfrutar de música y escucharon algunos emocionantes testimonios sobre el voluntariado y el servicio a los demás.
Al encuentro con el Papa asistieron más de 290 damnificados del terremoto que devastó recientemente el centro de Italia.
En la catequesis que pronunció el Papa, afirmó que “el mundo tiene necesidad de signos concretos de solidaridad, sobre todo ante la tentación de la indiferencia, y requiere personas capaces de contrarrestar con su vida el individualismo, el pensar sólo en sí mismo y desinteresarse de los hermanos necesitados”.
«Mañana tendremos la alegría de ver a Madre Teresa proclamada santa”, dijo al concluir. “Este testimonio de misericordia de nuestro tiempo se añade a la innumerable lista de hombres y mujeres que han hecho visible con su santidad el amor de Cristo. Imitemos también nosotros su ejemplo, y pidamos ser instrumentos humildes en las manos de Dios para aliviar el sufrimiento del mundo, y dar la alegría y la esperanza de la resurrección