ACN.- Ya nadie está tranquilo en la diócesis de Kumbo, tras el secuestro -a principios de mes- del p. Dieudonne Bomye CMF, párroco de Kikaikom, quien solo fue liberado el 10 de agosto de 2019 después de haber sido torturado. El párroco asistente también fue secuestrado pero liberado el mismo día. El Rev. Bomye está actualmente bajo atención médica por tortura física y psicológica.En vista de todo ello, monseñor mons. George Nkuo, cerró temporalmente la parroquia de San Pablo, Kikaikom, y se llevó el Santísimo Sacramento. La decisión fue motivada por el secuestro y la liberación de los párrocos.
Y el pasado viernes 23, en un confuso incidente, fue secuestrado el mismo obispo. Quien ha levantado la voz en numerosas ocasiones para manifestar la violencia que están viviendo. Tras el revuelo. Monseñor fue liberado en moto y con un pollo de regalo.Los autores del surrealista episodio son miembros del grupo Guerreros Bui, que buscan la proclamación de Ambazonía como república separada de Camerún. En principio, ellos mismos, se atribuyeron el secuestro, aunque posteriormente explicaron que querían conversar con su obispo y solicitarle que volviese a abrir la Iglesia. Cabe destacar que el grupo en cuestión es cristiano.
Curiosamente, la misma mañana del secuestro del obispo, se daba a conocer la liberación de otros dos sacerdotes que habían sido secuestrados el 15 de agosto en la misma diócesis de Kumbo, cuando se dirigían a Oku para celebrar la misa de la Asunción.El padre Franklin Banadzem Dindzee, asistente de la juventud diocesana de Kumbo, y el padre Patrick Atang, también sacerdote de Kumbo, fueron liberados en la tarde del domingo 18 de agosto. Las circunstancias exactas de su liberación no se dieron a conocer. }
Su secuestro había provocado una fuerte movilización de los fieles de la diócesis de Kumbo, que no dejaron de congregarse para rezar por su liberación. El 19 de agosto se celebró en la catedral de Kumbo una oración de acción de gracias por la liberación de los dos sacerdotes.
El secuestro de dos sacerdotes de la diócesis de Kumbo tuvo lugar inmediatamente después de las declaraciones de su obispo, monseñor George Nkuo, quien en su homilía en la misa matutina de la solemnidad de la Asunción, dijo: «Kumbo ha sufrido demasiado. Hemos visto a gente inocente asesinada brutalmente. Muchas personas han perdido sus casas y propiedades. La violencia y la crueldad se han vuelto tan comunes que ahora se considera normal matar, torturar y extorsionar. Seguimos escuchando historias horribles de personas que han sido secuestradas o detenidas, torturadas y a las que se les ha pedido que paguen sumas enormes antes de ser liberadas».
Desde 2016, los separatistas de las regiones de habla inglesa del noroeste y del suroeste de Camerún han estado luchando contra las fuerzas gubernamentales en un intento de crear un estado separado llamado Ambazonia. Más de 2.000 personas han muerto y más de 400.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares.La Iglesia católica pidió justicia para los cameruneses anglófonos y denunció las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad; al tiempo que condenó la violencia separatista. Esto ha llevado al clero a ser blanco de ambos bandos lo que hace que los sacerdotes sean secuestrados por los separatistas para extorsionarlos.
