ACN.- En Brasil, un país que durante mucho tiempo contó con una abrumadora mayoría católica, el número de católicos está en franco descenso: entretanto, solo el 64% de los 213 millones de brasileños siguen siendo católicos.
La difícil situación del país -marcada por la corrupción, el desempleo, la crisis económica y la destrucción del medio ambiente- empuja a muchos a creerse las engañosas promesas de salvación de las sectas, que son muy activas en Brasil y disponen de mucho dinero. Tanto más importante es que la Iglesia esté presente entre la gente… sobre todo, a través de los sacerdotes.
En la Diócesis de Bom Jesus da Lapa, ubicada en el interior del estado de Bahía, casi el 80% de la población sigue siendo católica, pero también allí el número de creyentes está disminuyendo: así, en el año 2000, todavía había un 90% de católicos. Además, hay demasiado pocos sacerdotes, pues cada uno atiende a más de 10.300 creyentes, y así no es posible una intensa asistencia pastoral.
Un hecho alentador es que quince jóvenes estudian para ser sacerdotes en seminarios mayores de otras diócesis. No obstante, la diócesis tiene que pagar su formación y eso supone un gran reto para ella. Y es que, aunque los fieles intentan apoyar a la Iglesia como pueden, lo cierto es que son pobres, y a raíz de la pandemia, la situación se ha tornado aún más difícil. Por todo ello, nosotros queremos acudir en ayuda de esta diócesis y apoyar la formación de los 15 jóvenes para que puedan proseguir su camino hacia el sacerdocio.
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