Hay gran regocijo entre los fieles de la parroquia de Placas, en el norte de Brasil. El 10 de noviembre de 2024, gracias a la ayuda de nuestros maravillosos benefactores, pudieron inaugurar y consagrar solemnemente su nueva y ampliada iglesia parroquial de Nuestra Señora de Aparecida. Con nuestra contribución de casi $80,000, pudieron renovar y ampliar esta importante iglesia local.
La parroquia se fundó en la década de 1970, cuando un número creciente de personas de otras partes de Brasil comenzaba a asentarse en la región gracias a la construcción de la Carretera Transamazónica. Actualmente, la parroquia abarca 33 asentamientos periféricos, ubicados hasta a 72 kilómetros del centro parroquial. La capilla original se construyó en 1979 y posteriormente se sustituyó por una iglesia en 1986. Sin embargo, la obra fue realizada por voluntarios no cualificados, y con el tiempo, el edificio ha necesitado extensas obras de renovación. Durante las lluvias, el agua se filtró por el techo, lo que generó muchos problemas adicionales.
En cualquier caso, la iglesia se había quedado pequeña, con capacidad para poco más de 260 personas, mientras que la parroquia hoy cuenta con unos 14.000 fieles. Por ello, se decidió renovarla y ampliarla. Los vecinos lanzaron varias campañas de recaudación de fondos para financiar estas obras, pero lamentablemente no fueron suficientes. De ahí su petición a ACN, a la que pudimos acceder gracias a la generosidad de nuestros benefactores.
El padre Antonio Rodrigues da Silva, párroco, nos ha escrito para agradecernos: «Los desafíos que enfrentamos al convertir y ampliar nuestra iglesia parroquial han exigido una fe inquebrantable en la divina providencia y la intercesión de la Madre de Dios. Desde nuestra primera reunión hasta el inicio de las obras, los fieles y todo el equipo lo han dado todo y se han mantenido firmes en su determinación de hacer realidad este sueño. Y ahora, esta realidad ha sido posible gracias a su apoyo financiero, que ha revitalizado e impulsado el trabajo y las oraciones de toda la comunidad local.
La convicción de que la mirada amorosa de Dios se posa sobre la región amazónica está impulsando al pueblo de Dios aquí a desarrollar un creciente sentido de responsabilidad para responder a la misión de Jesús y abrazar el amor y la esperanza como fuerza motriz de la comunidad parroquial local.
Rafael, uno de los coordinadores parroquiales, añade: «Que la realización de este sueño siga inspirando aún más fe en nuestra comunidad, junto con el deseo de difundir el amor de Dios y la devoción a la Virgen María. ¡Gracias a todos nuestros amigos de ACN por haber creído en nuestro sueño!».